¿Qué es la prospectiva?
Según la OCDE, es el conjunto de tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y/o sociales.
Gaston Berger, uno de los fundadores de la disciplina, la define como la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en éste.
Michel Godet, experto en prospectiva estratégica, la describe como la reflexión para iluminar la acción presente con la luz de los futuros posibles.
Hougues de Jouvenel, presidente de honor de Futuribles International, no la califica como profecía ni predicción; la prospectiva, dice, nos invita a considerar el futuro como algo por hacer, en lugar de verlo como algo que estaría decidido y del que solo faltaría descubrir el misterio.
Hoy, la pregunta más chocante que empezamos a escuchar es: ¿Qué viene para México en 2022? Habrá análisis con sesgos. Cuidado con ellos, pero sobre todo cuidado con contaminar expectativas pues las percepciones nos pueden llevar a una realidad que nadie en verdad quisiera.
La prospectiva suele considerar cuatro escenarios: el tendencial (todo sigue igual), el optimista (si hacemos tales cosas nos puede ir mejor), el pesimista (nos va a ir peor) y el catastrófico (el menos deseado).
“Para ver hacia adelante, hay que ser muy objetivos, ya sea para confirmar nuestro punto de vista o no, por lo que no estorba oír al otro”, explica Ramón Santoyo, presidente de la World Future Society Capítulo Mexicano. “Al final, los escenarios se mezclan, sobre todo los primeros tres”.
La agenda 2022 ya está marcada con ciertos eventos. La jornada para la ratificación de mandato de AMLO, las presiones inflacionarias, la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles, pero para estos y otros sucesos requerimos de una mirada 360º, que nos permita la posibilidad de evitar las malas valoraciones y tomar peores decisiones.
“En el tiempo hay una cosa muy importante: las percepciones de la gente iluminan los escenarios”, afirma Ramón Santoyo. “En prospectiva, la percepción es importante; no solo son los hechos, sino lo que piensas, lo que dices, lo que ves o en lo que estás atento o distraído. Todo se puede ir para arriba o para abajo, con la percepción”.
Hay percepciones que ya están bien sembradas, por lo que el reto está en saber cómo dejamos de alimentarlas. De eso depende, en cierta medida, el desenvolvimiento de 2022. Ya sabemos que la revocación de mandato polarizará, que el desconocimiento a las instituciones persistirá, que la radicalización se sostendrá, que la apuesta es que todos terminemos hartos de todo. La prospectiva nos podría ayudar a no caer en estas redes.