Entonces, desarrollar el liderazgo se vuelve una tarea central, incluso como ventaja competitiva, no sólo para tener una mejor posición en los ranking de clima laboral y reducir la rotación, sino porque una organización donde las personas encuentran oportunidades para aportar abiertamente su talento es una organización que sin duda podrá competir en el mercado con mayor innovación, flexibilidad, servicio y estrategia.
En este marco muchas organizaciones año con año incluyen en sus presupuestos de capacitación los programas de liderazgo sin lograr cambios reales en los comportamientos de los responsables de los equipos, entonces ¿qué hace falta realmente para lograr una transformación en la cultura y convertirla en una palanca clave para el éxito y sostenibilidad del negocio?
Transformar la forma en que funciona una organización es un tema profundo, es igual que modificar la personalidad de un individuo, requiere varios elementos que van más allá de la formación o el entrenamiento.
Primero: Tiene que ser una iniciativa de la cabeza de la organización, esto ya se ha dicho tanto que suena a cliché y con todo y eso aún muchas iniciativas de transformación del liderazgo parten del impulso de Recursos Humanos (RH).
Decir que la iniciativa parte de la cabeza de la organización significa que realmente el CEO, presidente o director general, es el líder del proceso, imprime no sólo su huella, sino que dedica tiempo, prioridad y esfuerzo a que este cambio sea una realidad porque está convencido/a de que es imprescindible para el negocio.
Si el cambio es importante será parte de la agenda estratégica del CEO, por lo que la organización dedicará tiempo a la implementación y al seguimiento, con sesiones de revisión de avances a través de indicadores de cambio concretos que se convierten en las guías de lo que se espera que pase en el día a día.
Cuando el CEO es el líder de la transformación las decisiones del negocio empiezan a tomarse con base en los nuevos valores, comportamientos y lineamientos esperados, entonces el cambio se vuelve real.
Segundo: La gente necesita saber para dónde va el cambio; en otras palabras, necesitamos aterrizar claramente la visión de la cultura de liderazgo que queremos y necesitamos como negocio. Parece un paso obvio pero aún así ¡lo obviamos!
El elemento más importante del cambio es la comunicación, porque en la medida en que sea totalmente claro lo que se espera del cambio en el liderazgo, más fácil será para las personas adaptarse a los nuevos comportamientos.