Esas y otras decisiones tomadas por la llamada cuarta transformación han favorecido un sentimiento de incertidumbre que en el negocio inmobiliario se acentuó en 2019, cuando la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, clausuró muchos proyectos y mantuvo otros tantos detenidos hasta por 10 meses, debido a una supuesta corrupción que nunca acreditó.
Este ha sido un trienio perdido para la vivienda, se ha construido mucho menos vivienda nueva en estos primeros años del sexenio de López Obrador que lo que se había construido en cualquier primer periodo de tres años en los últimos cuatro sexenios.
El efecto de todo ello es un retroceso muy significativo que ocasionará entre 2022 y 2024 una escasez de casas y departamentos bastante considerable en la mayor parte del país y en todos los segmentos socioeconómicos.
La inversión nacional y extranjera hoy desafortunadamente carecen de la certidumbre necesaria para invertir en proyectos importantes de corto, mediano o largo plazo. Para que haya certidumbre tiene que haber respeto al Estado de Derecho y un uso adecuado de los recursos públicos.
¿Qué acciones mandarían una señal positiva de que México ha rectificado el camino y que sería un buen momento para invertir? En mi opinión, se tendría que parar el dispendio que se está realizando en Pemex a través de la reactivación de contratos público-privados; y se debería de frenar la reforma eléctrica apuntalando el impulso a inversiones público-privadas para el desarrollo de energías renovables.
El incremento a los precios de los materiales de construcción
En México el efecto inflacionario ha aumentado considerablemente los precios de los materiales de construcción. Hay proyectos inmobiliarios en proceso que se vieron afectados por ese incremento de inmediato, otros lo verán en los próximos meses, pues el impacto depende del estado de avance de la construcción. Todos de una forma u otra lo resentirán. El punto es que es muy probable que el comprador final tenga, a partir de ahora, más dificultades para formar un patrimonio a través de la compra de una casa o departamento por la apreciación del precio.
Lo curioso es que en Estados Unidos también están viviendo los efectos de una alta inflación y el aumento en los precios de construcción, no obstante, en aquel país se están construyendo más casas de lo que se ha construido en los últimos años, el sector vivienda está en crecimiento y existe una gran demanda de inmuebles. Las razones son simples: estabilidad económica y certeza en el Estado de Derecho.