¿A qué me refiero? A pesar de los movimientos en la tasa de referencia que ha determinado el Banco de México para controlar los efectos inflacionarios, los compradores de vivienda que usen los beneficios del crédito hipotecario para la formación de su patrimonio seguirán gozando de tasas de un solo dígito, en algunos casos, incluso por debajo del 8%.
Aún con los aumentos de la tasa de referencia, los créditos hipotecarios seguirán manteniendo niveles de tasas sumamente atractivos en los siguientes meses. En mi opinión, será a partir del primer trimestre del 2022 cuando empecemos a ver incrementos graduales que podrían llegar a ser significativos.
Debe quedar claro que esta posición inmejorable es para quienes ya compraron o comprarán sus viviendas próximamente a través de créditos hipotecarios con tasas de interés fijas; eliminarán el riesgo que la inflación representa para sus patrimonios justamente al no tener una tasa variable.
Ahora bien, debemos considerar otros aspectos fundamentales dentro del sector inmobiliario que también marcarán la pauta. Por un lado, la existencia de una demanda auténtica de vivienda –de aproximadamente 800,000 al año– y, por otro, la escasa producción de la misma, algo que hemos vivido en 2020 (200,000 viviendas), 2021 (185,000 viviendas) y que, sin duda, se repetirá a la baja en 2022.
Desafortunadamente esta situación se debe, sobre todo, a que las inversiones para construir desarrollos inmobiliarios de vivienda demandan mucho capital y conllevan un “riesgo importante” que requiere de certidumbre por parte de los inversionistas, lo cual no se ha logrado generar debido a las políticas públicas implementadas en la administración del presidente López Obrador.
¿Qué podemos esperar a corto y largo plazo?
Invertir en una vivienda ahora estará garantizando a los nuevos propietarios no solo protección frente a los efectos inflacionarios, sino también un crecimiento patrimonial debido a la apreciación que tendrán los inmuebles porque en México históricamente se aprecian por encima de la inflación.
¿Cuánto va a durar esto? Eso va a depender de cómo se vayan resolviendo los retos de la inflación a través de la producción de bienes y servicios en forma más eficiente. Mucho tendrá que ver también el restablecimiento de las cadenas de producción que se rompieron por la pandemia.
Además, a la alta demanda de vivienda, la escasa construcción de la misma y las tasas de interés más baratas de la historia todavía vigentes, debemos añadir la sensibilidad de muchas familias mexicanas sobre la relevancia de contar con un hogar propio en tiempos de crisis, apreciación ciertamente magnificada a raíz del COVID-19.
Todo lo anterior me permite señalar que quienes se conviertan en dueños de su casa o departamento gozarán de beneficios financieros muy significativos en el corto, mediano y largo plazo.