Leonardo fue capaz de entender los problemas que Ludovico enfrentaba ante la guerra contra Francia en 1495 y rompió esquemas tradicionales de pensamiento para diseñar inventos que han sido desarrollados y mejorados con el paso de los siglos.
Diferir de la práctica común y entender cabalmente los problemas para encontrar las mejores soluciones son dos enseñanzas que los ejecutivos y los gobiernos de la actualidad deben tener en cuenta. Entender el problema es importante para encontrar la mejor solución y es muy probable que ésta sea más sencilla y rápida de aplicar que la solución que se toma a primer impulso.
Un ejemplo: Durante la carrera espacial, los científicos de la NASA enfrentaron el problema de escribir en el espacio, porque sin gravedad la tinta no cae al papel; invirtieron algunos millones de dólares para desarrollar un bolígrafo con una pequeña bomba de tinta. Los rusos decidieron utilizar lápices.
Saltar directamente a la solución puede llevar a gastos excesivos que generan o soluciones parciales o remedios exagerados. Cada vez que se oye hablar de un problema, la primera actitud es sintonizarse en modo solución antes haberlo analizado detenidamente. Albert Einstein decía: "Si tuviera una hora para resolver un problema, dedicaría 55 minutos a pensar en el problema y cinco minutos a pensar en las soluciones".
Corporaciones y gobiernos dedican parte del último trimestre de cada año a presupuestar sus planes y proyectos del año siguiente. Sin embargo, no siempre los proyectos presupuestados están destinados a la solución de algún problema identificado.
Al planear sería importante describir qué problema se intenta solucionar con cada proyecto, y qué áreas dentro de la organización les resuelve qué problema. Ello asegura que los problemas están alineados con la visión y la estrategia del presidente de la organización y ayuda a priorizar los problemas en relación con los objetivos corporativos y a definir la posibilidad de que un mismo proyecto solucione más de un problema.
Ahora imaginemos que buscamos contribuir a la solución de complejos problemas globales; el proceso sería el mismo: conocer y entender los problemas, antes que dar las soluciones. Ello implica romper con un sistema que no facilita la disrupción con lo establecido en materia de ciencia e investigación, y regresar a esa naturaleza en donde, a partir de la curiosidad e incomodidad con el status quo se busquen resolver, a través de la colaboración, los Objetivos de Desarrollo Sustentable planteados por la ONU.
Recientemente surgió un movimiento llamado HackX, un sistema con posturas ofensivas con una visión de futuro pionera y creativa, que busca cambiar la cultura de resolución de problemas. Diríamos que es el de Vinci de la época actual.
Se trata de una comunidad global masiva de agentes de cambio que crean posibilidades; es un programa híbrido cuyo objetivo es hackear los retos más grandes del mundo en estos tiempos sin precedentes, para resolverlos. Para ello ha creado una red integrada por importantes organizaciones internacionales que convierten la propiedad intelectual en aplicaciones tecnológicas significativas; ayuda a los innovadores a diseñar, validar y desarrollar modelos de negocio, construye negocios y los escala a mercados globales. Se trata de una comunidad integrada por cerca de 17,000 personas, de más de 130 países.