Por ello, y para dar respuesta a los nuevos tiempos, y aprovechando las oportunidades que abre la tecnología para potenciar la creatividad y el bienestar del equipo, surgen alternativas inteligentes como el smart working, una nueva forma de enfocar el trabajo que abandona prácticas rígidas y patrones predeterminados para poner el foco en lo relevante: las ideas, los proyectos y las personas.
La premisa principal del smart working es llevar la oficina a cualquier lugar, y aunque su origen parte del home office, va mucho más allá, pues se centra en la flexibilidad y en proporcionar a cada uno de los colaboradores los recursos tecnológicos necesarios para llevar a cabo su labor sin importar dónde se encuentren.
Esta filosofía de trabajo se basa puramente en los resultados, dejando atrás el presentismo que caracteriza a los puestos de trabajo tradicionales, por lo que al ser el colaborador quien diseña sus propios horarios y no la empresa, los beneficios para el empleado son obvios, ya que permite la conciliación entre su vida personal y laboral, algo muy apreciado por los colaboradores hoy en día, lo cual también es benéfico para la empresa al conseguir profesionales más satisfechos con su trabajo, repercutiendo en una mayor productividad y una plantilla más motivada.
Sin embargo, aplicar este esquema de trabajo supone retos importantes para muchas empresas, ya que no todos los puestos laborales son factibles de realizarse a distancia, además de que un esquema así supone de una estrecha relación de confianza y comunicación entre la empresa y sus colaboradores, lo cual requiere de la oportuna intervención y eficiencia del área de Recursos Humanos.
La flexibilidad y la posibilidad de trabajar de forma remota convierte al smart working en una tendencia en auge, ya que los profesionales a nivel global sitúan estos elementos entre los requisitos más importantes a la hora de aceptar un puesto de trabajo, según el informe de Manpower en 2021. Asimismo, en México, la más reciente edición del Termómetro Laboral de OCC revela que más de la mitad de los colaboradores cambiaría de trabajo si se elimina el trabajo desde casa o la posibilidad de alternar el trabajo presencial con el trabajo a distancia.