El cuidado del medio ambiente es una responsabilidad impostergable. Muchas de las contingencias ambientales que estamos viviendo se deben a que, en su momento, no se tomaron medidas responsables para tener hoy un presente distinto. Por lo tanto, debemos asumirnos como un actor más en el medio en el que nos desarrollamos y no como el factor dominante.
El aprovechamiento de bienes naturales encuentra una justificación ética en el respeto al medio ambiente.
Cada vez más, una sociedad más consciente y consumidores más responsables, demandan que los negocios se realicen en pleno respeto con el medio ambiente, por lo que exigen que los negocios tomen partido en este tema mediante acciones concretas y resultados constatables. Las empresas ya no pueden permanecer ajenas a esta exigencia y deben asumir la responsabilidad que les corresponde.
De igual forma, el respeto y la inclusión son valores fundamentales que deben tomarse en cuenta al interior de las empresas y en su relación con las personas. Un trato verdaderamente humano hacia la otra persona vista no como un medio, sino como un fin en sí misma nos lleva a resaltar y respetar la cualidad humana de los trabajadores. En este sentido, una de las preocupaciones centrales de ESG son las personas.
Las políticas de ESG buscan el respeto a la dignidad de las personas trabajadoras. Actualmente, no puede soslayarse que existe una correlación directa entre el valor de una empresa y el bienestar de sus trabajadores. Las medidas de no discriminación impulsan la igualdad de oportunidades en un inicio y evitan que las diferencias salariales se basen en elementos injustificables como género, raza, edad, religión, etc. Además, las políticas de inclusión y diversidad fortalecen a las empresas.
La pluralidad no es un valor deseable en los centros de trabajo, es una necesidad urgente. El respeto al otro nos conviene a todos, en algún momento todos somos los otros.
La toma de decisiones de los órganos colectivos es otro aspecto importante que considerar, pues se requiere que estos tengan diversidad en su conformación. La uniformidad de opiniones impide valorar otras alternativas que pueden aportar una visión distinta, probablemente no contemplada en la toma de decisiones.
La diversidad favorece y enriquece el intercambio de ideas que conlleva la valoración de opciones, en lugar de la imposición unilateral de una sola opinión. En cualquier elección, siempre es mejor tener opciones a no tenerlas. La inclusión y la diversidad provocan la fecundidad de ideas.