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Criterios ESG y su relación con la Sostenibilidad Corporativa

Conviene analizar qué tanto ha avanzado una empresa en la adopción de criterios ESG, ya que podríamos darnos cuenta de que sólo es para ciertos procesos, señala Jorge Reyes Iturbide.
dom 24 julio 2022 07:01 AM
¿Llegó el fin de la "revolución ESG"?
Seguramente en los próximos años seguiremos siendo testigos de la evolución, integración o sinergias que se vayan dando en la materia, por la regulación, supervisión y homologación que se empieza a desarrollar en el mundo, opina Jorge Reyes Iturbide.

(Expansión) - Mucho se ha hablado de si las siglas ESG (ambiental, social y gobernanza, en inglés) son la nueva forma de referirse a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o a la Sostenibilidad Corporativa, sin embargo, la adopción de factores ESG, por sí solos, no es suficiente para la transformación del modelo de negocio, ni de la cultura de la organización, por lo que resulta indispensable enfocarse en la gestión y el desempeño integral de la empresa en materia de RSE o Sostenibilidad, que puede incluir dichos criterios ESG.

En primer lugar, es necesario identificar los riesgos, los impactos (positivos y negativos) y las oportunidades en materia ambiental, social y de gobernanza a lo largo de todas las operaciones de la empresa, las que controla de manera directa y las que se dan a lo largo de su cadena de valor, para tener un panorama amplio y que se pueda contrastar con las expectativas de sus grupos de interés, para poder priorizarlos.

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A partir de esto se puede llevar a cabo una planeación para establecer objetivos, metas, estrategias, acciones e indicadores que abarquen los temas de sostenibilidad más relevantes.

Al ejecutar es fundamental poder dar un seguimiento a todo lo planeado, medir los avances y resultados y recopilar la información y evidencias necesarias, para posteriormente poder hacer una evaluación y, si resulta necesario, realizar los ajustes pertinentes, para finalmente comunicar todo esto en un proceso de transparencia y rendición de cuentas.

Además de ello, se debe trabajar en la conformación de una cultura organizacional, que permee estos temas de manera transversal a todas las áreas y niveles, y que a partir de códigos, lineamientos o políticas se implementen los incentivos adecuados y los mecanismos para su seguimiento y cumplimiento, incidiendo en el comportamiento de las personas, que será el reflejo de sus acciones diarias y de los procesos de toma de decisiones.

Aquí cabe destacar que además de la sensibilización de los directivos, colaboradores, proveedores, socios, clientes, etc., y de la información que se les pueda brindar en estos temas, la capacitación y el reforzamiento continuo tienen un papel fundamental para lograr una cultura organizacional socialmente responsable.

Sin todo lo anterior, la simple adopción de algunos criterios ESG se queda en un nivel básico o incipiente, y en algunos casos hasta con el riesgo de caer en el llamado “ESG-washing”, sumándose a una tendencia nada más “por encimita”, pero sin realmente comprometerse a la transformación de la organización hacia la sostenibilidad corporativa.

Esto sin duda no se logra de un día para otro, pero si con el avance diario hacia un rumbo definido que oriente y sirva de parámetro para analizar el desempeño de la organización no sólo en términos financieros, sino también desde una perspectiva de RSE o sostenibilidad.

También hay que tener en cuenta que existen diversas iniciativas, metodologías y organizaciones para la medición, evaluación e incluso ranqueo de las empresas a partir de criterios ESG, que no necesariamente son equiparables unas con otras, y que a pesar de los avances importantes que han tenido en los últimos años, aún presentan áreas de oportunidad o cuestionamientos por parte de autoridades, reguladores o inversionistas que buscan mayor certeza o confiabilidad de los datos y las evidencias que se toman de base para estos procesos.

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En este sentido, conviene analizar qué tanto ha avanzado una empresa en la adopción de criterios ESG, ya que podríamos llevarnos una sorpresa al darnos cuenta de que sólo es para ciertos procesos o para algunos productos o servicios, y no de manera transversal a su modelo de negocio y cultura organizacional.

Por el contrario, también se puede encontrar que la empresa se encuentre en un proceso de mejora continua en el que ha logrado integrar estos factores ESG como parte de su modelo de RSE o sostenibilidad corporativa, demostrando un mayor compromiso con el tema.

Seguramente en los próximos años seguiremos siendo testigos de la evolución, integración o sinergias que se vayan dando en la materia, por la regulación, supervisión y homologación que se empieza a desarrollar en diferentes regiones del mundo.

Nota del editor: Jorge Reyes Iturbide es especialista en responsabilidad social empresarial y desarrollo sostenible y desde hace 17 años ha trabajado para diversas empresas y organismos nacionales e internacionales en proyectos de investigación, consultoría, desarrollo de estándares y educación ejecutiva en la materia. Actualmente es Director de la Facultad de Responsabilidad Social y Director del Centro IDEARSE de la Universidad Anáhuac México. Síguelo en Twitter y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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