En este sentido, las compañías de todos los sectores, incluido el tecnológico, tenemos que realizar una transformación de fondo y cambiar el ‘chip’ para dirigirnos hacia esa dirección. Por supuesto que hay que pensar en la productividad, la operatividad y la rentabilidad de los negocios, pero un punto imprescindible en esta ecuación es la apuesta por el talento humano. Al enfocarnos en el bienestar de los colaboradores, todo lo demás llega solo.
El dinero es importante, por supuesto, pero no es la meta principal de la mayoría de los colaboradores, en particular de las nuevas generaciones. Aspectos como un buen ambiente laboral, una cultura organizacional afín, fomento a la diversidad y la inclusión en los equipos de trabajo, prácticas de wellness laboral, así como programas de desarrollo y capacitación profesional pueden ser factores decisivos para atraer y conservar al mejor talento.
Los colaboradores son el motor de las compañías. En momentos de complejidad económica como los actuales, son los colaboradores los que, con sus habilidades y creatividad, pueden impulsar no sólo la sobrevivencia de la empresa, sino también sus probabilidades de capitalizar la crisis en una oportunidad de crecimiento.
¿Por qué apostar por el talento humano?
En una industria como la tecnológica que crece exponencialmente, el talento humano es lo que diferencia a una empresa ordinaria de una extraordinaria, ya que el desarrollo e implementación de la tecnología de punta no sólo demanda hard skills, sino también soft skills como creatividad, comunicación efectiva, liderazgo, resiliencia, curiosidad, entre otras.
Encontrar a un colaborador con un alto nivel de hard skills y soft skills es una ‘mina de oro’; no obstante, sin una cultura empresarial que los fomente, estas habilidades se pueden diluir y dar paso a colaboradores increíblemente talentosos pero altamente frustrados, estresados y agotados.
Por otro lado, los ambientes de trabajo en los que se impulse la colaboración y el desarrollo integral del talento, ayudan a tener colaboradores satisfechos, creativos y felices con su trabajo.
Diseñar e implementar acciones con un enfoque de bienestar en el talento tiene muchos beneficios para las empresas. Todo radica en ver a los trabajadores como lo que son: seres humanos. Cuando esto sucede, las empresas pueden conocer cuáles son sus objetivos personales y profesionales y ofrecerles no sólo un empleo, sino una oportunidad de cambiar sus vidas.
La capacitación constante, compensaciones, reconocimientos, horarios flexibles o hasta atención psicológica, fisioterapia, etcétera, son la mejor apuesta de una empresa.