Y si analizamos los estudios en materia de cambio climático, que diversos investigadores y organizaciones han publicado en los últimos años, nos daremos cuenta de que cada vez será más difícil lograr las metas de limitar el calentamiento global a 1.5°C, e incluso a 2°C, que se han discutido y acordado internacionalmente, si no se actúa de manera rápida, coordinada y extensiva.
En consecuencia, se necesitan implementar medidas que no sólo busquen compensar, sino limitar y disminuir de manera significativa la cantidad de gases de efecto invernadero que se están emitiendo a la atmósfera; adoptar compromisos a partir de objetivos y metas basados en la ciencia; y desplegar estrategias y acciones concretas y contundentes a corto, mediano y largo plazos.
Como marco de referencia se puede tomar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que sirven de guía para no dejar a nadie atrás, enfocándose en el desarrollo de las personas, el planeta y la prosperidad y contribuyendo a la generación de una cultura de paz a través de las alianzas; y que frente al cambio climático contempla avanzar hacia una descarbonización acelerada de la economía; promover la creación de empleos verdes y el crecimiento sostenible e inclusivo; invertir en tecnología y soluciones sostenibles; abordar de manera integral los riesgos climáticos; y lograr la cooperación entre sectores y a distintos niveles, entre otras líneas de acción.
Para cada uno de estos elementos, desde los gobiernos se pueden diseñar las políticas públicas, las leyes y reglamentos, así como los incentivos para lograr un ambiente propicio para que desde el sector privado se lleven a cabo acciones y estrategias de sostenibilidad que vayan permeando y transformando sus modelos de negocio, de manera complementaria a todos los proyectos y programas que se han detonado desde las organizaciones de la sociedad civil.
Sin embargo, no podemos enfocarnos meramente en el lado ambiental y perder de vista el lado humano, ya que el cambio climático no es un fenómeno alejado de nuestra vida diaria, sino que, por el contrario, también está teniendo un impacto en la salud y bienestar de las personas, en su calidad de vida, en su desarrollo, en su patrimonio, en el surgimiento de migrantes y refugiados climáticos, etc.