Este tiempo me ha servido para adoptar y perfeccionar varias estrategias para lograr equipos armónicos, resilientes y efectivos, las cuales me gustaría compartir, esperando sean de utilidad para otros líderes de negocio:
1. Hablar y escuchar para poder guiar
Es verdad que no hay fórmulas mágicas o atajos para el éxito, pero existen algunos aspectos clave para acercarse a las metas con mayor facilidad. Por principio de cuentas, un líder siempre debe inspirar y convertirse en un ejemplo, actuando con empatía y valores.
También resulta esencial mantener una conversación constante con clientes, colaboradores, actores del sector e, incluso, con la competencia, pues parte de la responsabilidad consiste en llevar al siguiente nivel a las organizaciones, a la industria y a los colaboradores.
Promover equipos diversos también es una pieza central del liderazgo, ya que son precisamente las personas las que permiten diseñar servicios y productos más creativos gracias a la combinación de contextos y formas de interpretar al mundo.
2. Aceptar y aprovechar los cambios
No hay que dejar de lado la adaptabilidad, un aspecto que va desde las características personales de cada integrante del equipo, hasta las eventualidades disruptivas, pues es una particularidad ineludible de todos los niveles e individuos y resulta esencial para el desarrollo.
A pesar de los cambios, el destino siempre tiene un componente de suerte, pero hay que forjarlo en el día a día y visualizar adónde se quiere llegar, además de tener la convicción de que las cosas que se ejecutan son para lograr un mundo mejor, no solo en el ámbito social, sino también en el de los negocios, de manera ética, responsable e innovadora.
Sin duda, la incertidumbre generada a raíz de la pandemia ha transformado las cosas: ha creado oportunidades para algunos, pero ha complicado el panorama para otros. Esto es parte del sendero de cualquier líder, pues a lo largo de su trayectoria se enfrentará a ambos escenarios y debe de estar preparado para enfrentarlos con una alta capacidad adaptativa.
3. Analizar para actuar con firmeza
La reflexión es una cualidad del buen liderazgo y, por ello, debemos impulsar la transformación de las empresas siendo conscientes de que aquellas que no lo hagan se quedarán varadas y rezagadas. Los líderes de negocio deben desarrollar una visión que los ayude a tomar decisiones efectivas, aprovechar oportunidades y operar con mayor eficiencia.
Parte del rol de un líder consiste en sacar la mejor versión de las personas, pero también en visualizar las soluciones que pueden ofrecer al mercado, cuál es la mejor manera para acercarlas a sus clientes y cómo colaborar para idear nuevas estrategias que conecten con el propósito de cada compañía.
4. Usar la tecnología para transformar
Con lo anterior en mente, es imperativo que los líderes también consideren las herramientas tecnológicas y digitales necesarias para ayudar a la empresa a innovar y hacer frente a la convergencia de las industrias, creando nuevos modelos de negocio basados en plataformas de inteligencia artificial, data analytics, estructuras blockchain, soluciones FinTech, entre otros paradigmas disruptivos que abren nuevas oportunidades de mercado en el país y el mundo.
Debemos ser conscientes de que las compañías que triunfarán serán aquellas que posean y apliquen a gran velocidad las bondades de las plataformas tecnológicas disruptivas, poniendo al talento en el centro y tomando decisiones de valor agregado.
5. Liderar con sentido humano
El papel de liderazgo también debe priorizar la tarea de comprender los retos que enfrentan los colaboradores, esto permite buscar alternativas para enfrentar mejor los desafíos y lograr los objetivos trazados. La empatía y la experiencia son de gran ayuda cuando se trata de saber cuáles cosas funcionaron y cuáles no, al momento de ejecutar diversos procesos.