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Comunicándose en 2023: los retos que el año nos traerá

Existe todavía una brecha en la adopción del lenguaje inclusivo y el uso de los pronombres. En este sentido, todos podemos empezar este año a usar un lenguaje inclusivo.
vie 20 enero 2023 05:59 AM
Grupo de colegas felices formando un montón de manos en el cargo
El 2023 será un año que seguirá teniendo un foco importante en la inclusión, la cual busca que todos los individuos, o grupos sociales, puedan tener las mismas posibilidades y oportunidades para realizarse, considera Karen Ovseyevitz.

(Expansión) - Inicia el 2023 y en muchas partes del mundo se ha declarado oficialmente el fin de la pandemia. Aunque esta crisis ha dejado graves consecuencias, también ha dado al mundo empresarial una visión diferente sobre su propósito, el valor de sus audiencias, incluyendo a sus empleados, y la importancia de la comunicación.

Después de un análisis en diversos mercados, estoy segura de que el 2023 será un año que seguirá teniendo un foco importante en la inclusión, la cual busca que todos los individuos, o grupos sociales, puedan tener las mismas posibilidades y oportunidades para realizarse, independientemente de sus características, habilidades, discapacidades, cultura o situación de salud.

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Existen varias tendencias que deben tomar en cuenta las empresas. Sin embargo, quiero mencionar las que considero importantes para una comunicación eficaz e incluyente.

Desmitificando la discapacidad

La OMS define a la discapacidad como: “cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para el ser humano”. La discapacidad es una condición de vida y las personas que la tienen interactúan con las barreras que les impone el entorno social, las cuales pueden impedir su inclusión plena y efectiva. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 6,179,890 personas con algún tipo de discapacidad. Lo que representa 4.9% de la población del país.

La pandemia, y las nuevas condiciones de trabajo que se generaron a raíz de ésta, como el trabajo remoto, han creado la oportunidad para que las empresas incluyan a las personas con discapacidades motrices y sensoriales en su fuerza laboral como nunca antes lo habían hecho.

Es importante recalcar que contar con personas con discapacidades en la fuerza de trabajo requiere una educación en la forma como nos comunicamos, ya que después caemos en errores de “inclusión errónea” que dificultan la integración de este grupo al resto del equipo.

Siempre hay que poner a la persona primero. No dejar que la discapacidad les quite la identidad. No utilicemos frases como “la persona de silla de ruedas”, “el ingeniero con problemas de oído”, o términos discriminatorios como “el sordo”, “la discapacitada”, e incluso frases como “entrar por la puerta normal” o el “baño normal”.

Otro punto importante es cuidar las expresiones que decimos. Por ejemplo “me paralicé del susto” o “en esta empresa los empleados están sordos a las políticas.” Por ello es fundamental promover la concientización en todos los niveles e implementar medidas que les den mayor accesibilidad a personas con distintas discapacidades como: subtítulos en videollamadas, videos con audio descriptivo, utilizar opciones de accesibilidad en tu website, entre otras opciones.

Evitemos el “lavado”

Existen marcas y empresas que quieren mostrarse inclusivos con iniciativas superficiales que carecen de fondo. Comunican iniciativas apoyando a alguna minoría o grupo, pero no cuentan internamente con políticas que lo respalden. Estas empresas no logran cerrar la brecha entre la intención y la acción.

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Algunas de las prácticas más comunes que los líderes deben poner su foco de atención y evitar son:
- El Greenwashing, creando iniciativas de marketing “verde” en busca de una imagen responsable con el medio ambiente y amigable con el planeta;
- El Rainbow washing para referirse a marcas que quieren mostrar un apoyo a la comunidad LGBTI+ a través de sus empaques o campañas, pero que no son congruentes con la forma como la empresa piensa y opera;
- hacer Purple washing con estrategias de marketing dirigidas por empresas, organismos e instituciones para relacionarse con la igualdad de género;
- Blue washing cuando las empresas firman el pacto global de la ONU buscando únicamente mejorar su imagen o para distraer la atención de prácticas controversiales,
- el Woke washing para tomar posturas sobre problemas sociales buscando aumentar sus ventas a través de estrategias de marketing, y otros washings más.

Las empresas deben comunicarse transparente y auténticamente, ahora más que nunca es lo que los consumidores y los empleados esperan.

Más allá de los pronombres

El lenguaje está evolucionando, las organizaciones debemos evolucionar también. Existe todavía una brecha en la adopción del lenguaje inclusivo y el uso de los pronombres. En este sentido, todos podemos empezar este año a usar un lenguaje inclusivo.

Aquí algunos tips que considero útiles para lograr el objetivo son el no asumir el pronombre de la persona basado en tu lectura de su género, en reuniones en donde no conozcas a todos, considera pedir a los participantes que se presenten con sus nombres y pronombres, evita expresiones o términos comúnmente utilizados que refuerzan los estereotipos como “damas y caballeros”, “primero las damas”, etc. y una que es básica, no te preocupes demasiado si cometes un error (todos los cometemos), simplemente discúlpate y sigue adelante. La idea es ir aprendiendo en el camino para lograr el objetivo.

Nota del editor: Karen Ovseyevitz es Presidenta para América Latina de Porter Novelli. Síguela en LinkedIn. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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