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La diversidad como catalizador de la transformación social

Las empresas con equipos diversos pueden ser hasta un 25% más rentables que aquellas en donde la diversidad no es parte de la toma de decisiones, ni de la cultura de la compañía, opina Ximena Salgado.
mié 20 julio 2022 06:07 AM
Así comenzó la lista 41+1 de Expansión, que busca a las empresas LGBT más incluyentes.
La representación de distintos grupos, ya sea de género, color y/o nivel socioeconómico, permite a las empresas desarrollar soluciones que funcionen para más segmentos de la población de manera más efectiva, apunta Ximena Salgado.

(Expansión) - Junio es el mes que nos hace pensar en la diversidad de una manera distinta y nos hace reflexionar sobre ella desde un punto de vista más amplio y que procura establecerse lejos de la frontera de lo binario.

En México y el mundo hay muchos ejemplos de organizaciones que se esfuerzan por ser más incluyentes. Uno de ellos es el colectivo LGBTQIA+, que busca aumentar el espectro que abarca sumando letras, e incluso símbolos, a su nombre para representar géneros e identidades sexuales cuya complejidad aún no se pueden explicar o describir fehacientemente con las palabras que existen en todos los idiomas. Por eso, llevar el principio de inclusión de manera explícita en su nombre lo hace un ente más empático hacia otras causas.

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El hecho de que existan este tipo de ideas llevadas a la práctica por personas que buscan romper las barreras del “establishment” social nos hace pensar que poco a poco se avanza en la transformación necesaria para que todos los seres, sin importar su identidad, puedan sentirse seguros y parte de algo.

El sexto mes del año es un momento donde el foco se pone en la diversidad. En junio, a diferencia de marzo, donde se tiende a pensar en cómo deben evolucionar los roles de género, el mes del Pride nos obliga a pensar en un cambio para eliminar las barreras y las supuestas diferencias que existen entre los seres humanos.

Como señala Criado Perez en su libro “Mujeres Invisibles”, en pleno siglo XXI, a lo que se le conoce como “el ser humano por default” es al hombre blanco heterosexual. Tal ejemplo no podría estar más lejos de la realidad, ya que es quien “irónicamente” representa la minoría si tomamos en cuenta a las mujeres, miembros de la comunidad LGBTQIA+, personas de distinto color de piel, etc.

Esta descripción no es necesariamente una decisión tomada de manera deliberada por la sociedad, sino una consecuencia de la falta de diversidad en posiciones de liderazgo en los ámbitos políticos y económicos que han moldeado nuestra sociedad hasta ahora.

Pink Washing

Un punto muy importante es que en ese mes no se debe de fomentar el “Pride por el Pride”, y por lo mismo en todos lados debería evitarse el Pink Washing.

Ese concepto es complicado porque no significa que no se busque un apoyo. La ayuda para las causas que buscan acabar con las barreras de la diversidad es muy importante. Sin embargo, no se “debe de apoyar nada más porque sí”. Se deben entender cuáles son los motivos y fundamentos para que se logre un cambio verdadero.

La tarea no es sencilla y hay datos que nos ayudan a comprenderla mejor. El sector privado es una esfera donde debemos ser explícitamente incluyentes. México todavía tiene muchísimas áreas de oportunidad en cuanto a la inclusión a nivel empresarial se refiere. Según una encuesta realizada por PageGroup en 2021, solo 3 de cada 10 empresas con operaciones en nuestra nación son intencionalmente inclusivas.

Esto ocurre a pesar de que estudios, como el realizado por McKinsey en 2019, confirman que las empresas con equipos diversos pueden ser hasta un 25% más rentables que aquellas en donde la diversidad no es parte de la toma de decisiones, ni de la cultura de la compañía.

Además, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Discriminación, elaborada por el Conapred y el Inegi, en México, 2 de cada 3 personas tienen al percepción de que los derechos de las personas gays y trans no se respetan. Los estados donde más ocurre son Veracruz, Puebla, Sonora, la Ciudad de México, el Estado de México, Tlaxcala y Guerrero.

Este último dato puede tomarse desde dos puntos de vista. Uno positivo, que más del 60% de la población mexicana se está dando cuenta del problema. Uno negativo, que si la gente ya está al tanto de la situación surge la pregunta: ¿qué se está haciendo para cambiarla?

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Falta mucho por hacer

Recientemente las empresas han empezado a incluir el tema de diversidad sólo en su estrategia de talento, sin darse cuenta que la diversidad tiene un impacto directo en el negocio, más allá de la riqueza ideológica que la diversidad puede aportar. La representación de distintos grupos, ya sea de género, color y/o nivel socioeconómico, permite a las empresas desarrollar soluciones que funcionen para más segmentos de la población de manera más efectiva. Eso explica ese 25% de mayor rentabilidad que las empresas que no son conscientemente inclusivas.

En el sector público, la diversidad se torna más relevante, ya que el impacto es más alto. Tener distintas voces discutiendo cambios a nuestro sistema de salud, de infraestructura e incluso fiscal a nivel federal, estatal y municipal puede resultar en políticas públicas que se tengan mayores beneficios para más gente.

La diversidad es un requisito indispensable en todos los ámbitos sociales. Para romper con el estatus quo porque, para lograr un cambio, tienes que desafiar al sistema; para desafiar tienes que incomodar, y para incomodar, tiene que haber diferencia de opiniones. Es un requisito necesario, más no suficiente para generar cambios.

Nota del editor: Ximena Salgado es gerente de producto en Nu México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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