(Expansión) - El wellness corporativo ha tomado gran relevancia en las empresas que han asumido el compromiso de cuidar la salud física, mental y emocional de sus colaboradores, especialmente a partir de la pandemia, sobre todo después de que la Organización Mundial de la Salud alertara recientemente acerca del sedentarismo creciente, producto de las largas horas que la mayoría de los trabajadores transcurren frente a la computadora, entre muchos otros factores.
¿Por qué las empresas apuestan por la actividad física?
En este contexto los programas de bienestar corporativo adquieren mayor importancia, volviéndose fundamentales en la misión de equilibrar la relación empleo-vida, así como de mejorar la salud integral de sus beneficiarios. Pero las ventajas trascienden al colaborador, los tomadores de decisiones en las empresas están comprobando la relación directa que hay entre el bienestar del personal y sus niveles de motivación y productividad dentro del espacio de trabajo. Por ello este tipo de iniciativas constituye un verdadero ganar-ganar tanto para los colaboradores como para empresas de todos los sectores y tamaños.
Así vemos que algunas organizaciones apuestan por jornadas médicas u otras priorizan una línea de soporte emocional. Lo que sí puedo comentar es que hoy existen alternativas de wellness corporativo de 360° que integran beneficios de salud física, nutricional y psicológica, que se pueden gestionar fácilmente por las empresas y que los colaboradores aprovechan de acuerdo con sus distintas necesidades.
Este tipo de programas tiene una íntima relación con el enfoque humano en las empresas, también conocido como human-centric leadership, que no es otra cosa más que la decisión de poner a los colaboradores en el centro de la estrategia de la compañía. Por ello los beneficios más populares y con mayor adhesión son aquellos que los usuarios finales pueden aprovechar de manera fácil, eficiente y que reúnen una amplia variedad de alternativas que se adapten a su estilo de vida.
Por ejemplo, una persona con problemas de ansiedad puede aprovechar unas clases de yoga y orientación psicológica, mientras que para alguien que necesita aumentar masa muscular, recurrir al entrenamiento de fuerza y recibir consultas nutricionales para aumentar su ingesta calórica es lo ideal. En cambio, quien padece de dolores musculares por mala postura, sería óptimo que combine masajes descontracturantes con una rutina de meditación y estiramiento.
La ventaja es que el colaborador es quien tiene la última palabra, porque vemos que con la nueva normalidad se suma una amplia gama de actividades que se pueden llevar a cabo de manera presencial en centros deportivos o bien de manera remota desde la comodidad del hogar, así como en soledad, con un entrenador, o en compañía de amigos y familiares.
¿Por qué considero que la actividad física es importante? Porque aporta diversos beneficios a la salud integral de las personas, por ejemplo, eleva las endorfinas que brindan la sensación de bienestar, fomenta la liberación de dopamina que reduce la ansiedad, promueve la relajación de la mente y los grupos musculares, mejora la calidad del sueño y disminuye el factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Y también les puedo decir que las empresas que apuestan por programas wellness obtienen un aumento comprobable en la productividad y la motivación de su fuerza laboral, elevan el sentido de pertenencia y reducen tanto el ausentismo como la rotación, que generalmente se relacionan con el estrés laboral. Además, este tipo de iniciativas imprime valores positivos en la cultura organizacional, como lo es el equilibrio entre la vida profesional y personal.
Hay investigaciones que constatan que los colaboradores que incluyen al menos 75 minutos semanales de actividad física en su rutina se ausentan menos al trabajo (aproximadamente cuatro días menos al año). Además, cada día hay más evidencia de cómo el ejercicio puede reducir el burnout, fenómeno que es más común en las nuevas generaciones y que lleva a muchos a renunciar a su empleo por no estar dispuestos a sacrificar su paz mental. Y esto no lo digo yo, sino que datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) revelan que México es uno de los países con mayores niveles de fatiga laboral, con una tasa superior al 75% por encima de países como China o Estados Unidos.
Queda claro por qué las empresas que asumen el compromiso de responder a esta problemática son percibidas como socialmente responsables. Además, si cumplen con valores de inclusión y contemplan las diversas necesidades de sus colaboradores, se convierten en organizaciones con una visión humana. Estamos viviendo un tiempo en el que la relación empleador-empleado se está transformando radicalmente y donde la responsabilidad corporativa para con su fuerza laboral retorna en crecimiento y productividad. No en vano el factor social constituye uno de los pilares de los criterios para ser una empresa con enfoque ambiental, social y de gobernanza (ASG) que determina, hoy más que nunca, el valor de las empresas. Es momento de darle prioridad a la calidad de vida de las personas, de procurar su salud y su seguridad.
Nota del editor: Alice Carvalho actualmente es Country Manager de TotalPass México. Cuenta con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de estrategias de negocios en sectores como el financiero, tecnológico, industrial y de comunicación. Antes de ocupar la presente posición fue Chief Operating Officer (COO) donde estuvo a cargo de crear estrategias digitales durante el periodo de pandemia. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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