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Más y más sobre Inteligencia Artificial

Más allá de los ingenieros que “crean” la IA, una labor que particularmente considero importante y con una gran responsabilidad es la de los encargados del Prompt Engineering.
jue 20 abril 2023 06:06 AM
Cartoon robot sitting in line with applicants for a job interview
Estudios señalan a profesores de literatura, lenguas y derecho, asistentes en call centers, politólogos, matemáticos, contadores, comunicólogos, abogados, diseñadores de páginas web, entre otros, como las profesiones “en peligro de extinción”.

(Expansión) - Así es, todavía hay bastante, y va para largo, para hablar sobre Inteligencia Artificial (IA).

Aunque su aplicación no es reciente, hoy, la IA desempeña un rol aún más relevante en la vida de millones de personas. Los nuevos programas de IA (porque ChatGPT no es el único, aunque sí actualmente el más conocido) realizan cientos de tareas a una mayor velocidad: cálculos matemáticos, generar imágenes o videos, elaborar estrategias, escribir tesis o artículos de opinión (aseguro, lector, que no es el caso de este artículo), entre varias actividades más.

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Y por esto, como ya se ha discutido ampliamente sobre cómo la IA podría llegar a sustituir diversas profesiones o puestos de trabajo (no tiene vacaciones, no se enferma, trabaja los 365 días del año, no toma el almuerzo del compañero, entre otras situaciones que a manera de broma se mencionan), aquí es donde, como comentábamos en una anterior colaboración, surgen los optimistas y pesimistas al respecto. Sin embargo, más allá de la postura que debamos, o queramos, adoptar, todavía hay un debate sobre si la IA en realidad podrá reemplazar diversas profesiones o complementarlas.

Recientemente, la Universidad de Princeton y OpenAI (la empresa creadora de ChatGPT) realizaron cada una y por separado, un análisis (que pocos medios nacionales y muchos extranjeros han difundido) sobre las profesiones con más probabilidades de ser sustituidas por un chatbot. Entre ambos estudios, sobresalieron profesores de literatura, lenguas extranjeras y derecho, asistentes en call centers, politólogos, matemáticos, contadores, comunicólogos, abogados, diseñadores de páginas web, entre otros, como las profesiones “en peligro de extinción”.

Sin embargo, también, ambas instituciones coinciden en que aplicar IA en estos y otros puestos de trabajo no significa una sustitución total, sostienen que es cambiar los roles de trabajo, complementar las habilidades profesionales y así elevar la productividad y ahorrar tiempo. Es decir, no remplazar, sí completar.

Como ejemplo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (¿tardarán mucho en salir estudios de parte de instituciones educativas mexicanas?) hizo un experimento con 444 oficinistas que consistió en que estos realizaran tareas administrativas utilizando ChatGPT (herramienta de la cual la mayoría de los participantes en el estudio nunca había utilizado y casi una tercera parte ni siquiera había escuchado sobre ella) para enseguida evaluar el trabajo y calificar si el chatbot les ayudó o no en términos de eficiencia y tiempos. El 37% mencionó que su trabajo fue más rápido y de un nivel de calidad similar, pero que mejoraba conforme se acostumbraban más al uso del chatbot.

En otras palabras, hay que saber cómo usar y sacar el mayor provecho a la IA. Darle un uso responsable. Por cierto, el estudio no indica si estos oficinistas analizaron algunos textos generados por el chatbot y así determinar si estos eran de calidad y con posibilidades de ser mejores después una revisión por parte de un humano.

Y como ya es común escuchar, la IA es una herramienta muy poderosa, su beneficio o perjuicio siempre dependerá del uso que nosotros queramos darle… pero también hay gran responsabilidad de quienes la crean, administran, alimentan o actualizan, entre otras funciones.

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Más allá de los ingenieros que “crean” la IA, una labor que particularmente considero importante y con una gran responsabilidad es la de los encargados del Prompt Engineering, cuya responsabilidad y habilidad principal consisten en saber dar las instrucciones más precisas a una IA para obtener la mejor respuesta y resultado de acuerdo con su aplicación. Este es un campo o puesto de trabajo, relativamente nuevo (un buen ejemplo de que la IA no únicamente sustituiría a humanos en el trabajo, sino, que también genera empleos) para el cual ya existen diversas ofertas de vacantes y, según cuentan, la remuneración es bastante buena.

Se dice que para ser un buen prompt engineer es esencial, además de conocimientos técnicos, tener buena redacción y comunicación, así como la atención al detalle y la capacidad de trabajar de forma independiente. Pero ¿qué hay de la ética, del comportamiento moral de los humanos que tratan, entrenan, alimentan a la IA? Ante esto, lo que nos debería de ocupar más (reitero, no preocupar) que si la IA nos dejará sin empleos es la ética alrededor de ésta.

Muchas voces se han levantado al respecto, pero todavía ni una ha podido dar el manotazo final en la mesa para lograr, por ejemplo, una regulación que atienda esta situación. Al parecer, hasta ahorita, los creadores y administradores de IA “van por la libre”.

Pero, sin duda, también es responsabilidad del usuario conocer y aceptar si está dando un uso correcto o no a la IA.

Nota adicional: Prompt Engineering es una nueva profesión, pero la IA siempre está buscando nuevas cosas que automatizar. Quién sabe, tal vez esta nueva carrera se podría convertir en la más corta que jamás haya existido.

Nota del editor: Gilberto Guillén es consultor en Comunicación y Relaciones Públicas en Zimat Consultores. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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