Suena bien en teoría, pero la práctica es más compleja, por dos principales puntos.
El primero es que más de la mitad de los trabajadores en México trabajan informalmente (el 55.5% de los empleos, más de 33 millones de personas, de acuerdo con cifras del Inegi de febrero de 2023). Esta reforma no beneficia a los trabajadores informales y, de hecho, podría incentivar mayor informalidad en el corto plazo, ya que algunos preferirán pagar o recibir el salario informal directo, por sobre un salario con descuentos.
La informalidad además genera vacíos en las semanas cotizadas, lo que dificulta optar por alguna opción de pensión, ya que se necesita acumular un mínimo de 800 semanas cotizadas en 2023 y 1,000 semanas en 2030 para optar por alguna opción de pensión, incluyendo poder optar por la pensión mínima garantizada, que es una pensión que el Gobierno Federal paga cuando tu ahorro es muy bajo y no alcanza el mínimo.
El problema de la informalidad también podría aumentar el descontento social, ya que a medida que las personas se pensionen bajo el sistema de Afore, verán que sus pensiones no alcanzan, o que sus semanas cotizadas no son suficientes para acceder a un beneficio. A medida que pase el tiempo, el problema se extenderá a millones de personas. La ONU estima que para el 2050 habrá alrededor de 35 millones de adultos mayores de 60 años en México, lo que aumentará la tensión en torno a las pensiones.
Mi segundo punto se refiere a las expectativas en torno a los montos relativos de las pensiones, es decir, la tasa de reemplazo, que es la relación entre la pensión recibida al final de la vida laboral y el nivel de ingresos durante el periodo de trabajo.
La expectativa de una tasa de reemplazo del 100% es demasiado optimista, incluso en países ricos. De hecho, la OCDE ha expresado un objetivo del 70%.
¿Y cuánto se espera que sea la tasa de reemplazo en México?Imaginemos una persona llamada Paula, de 27 años, que entró a trabajar este 2023.
Usando la calculadora de la Consar, y suponiendo un salario base promedio de 30,000 pesos mensual (unos 25,000 pesos netos), la pensión estimada de Paula a los 65 años será de 17,695 pesos mensual, con una tasa de reemplazo de 59% (asumiendo un 80% de densidad de cotización, un 4% de rendimiento real, y usando la Afore más grande del sistema).Ahora, supongamos que Paula decidió viajar, o tener hijos, o emprender, o simplemente tuvo malos momentos laborales, por lo que en realidad cotizó 8 años menos de lo esperado, y por lo tanto, su densidad de cotización bajó de 80% a 60%. En este caso, su pensión estimada bajaría a 13,271 pesos mensual, una tasa de reemplazo de 44%.
Estos casos serán comunes, y el descontento podría extenderse a gran parte de la clase media, tal como ocurrió en los últimos años con el sistema previsional en Chile, un sistema muy similar al sistema de Afore, pero que comenzó antes, en los años ‘80.