Este conjunto de argumentos nos hace recordar esta frase del reconocido político y escritor argentino Domingo Faustino: la ignorancia es atrevida. Básicamente nos dice que cuando no sabemos de algo, lejos de callarnos, nos atrevemos a hablar sobre cosas que no diríamos si tuviésemos más conocimiento, o en el caso del presidente, un poco más de criterio sobre los errores que durante su gestión se han cometido y que a pesar de los hechos se niega a reconocer.
Prueba de ello es que, a lo largo del mes de junio y lo que va de julio de este año, se han registrado apagones en distintas entidades, siendo los estados de Nuevo León, Sonora, Yucatán, Tabasco y Veracruz los más afectados . Curiosamente, son en esas regiones del país donde se presentan los principales “cuellos de botella” del SIN. Esto se debe a las limitaciones de infraestructura de transmisión y distribución, ambos sectores bajo la responsabilidad exclusiva de la CFE, cuyo desempeño en dichos rubros ha dejado mucho que desear.
Por ejemplo, en el desarrollo de la Red Nacional de Transmisión y Distribución se había definido la necesidad de construir cerca de 318 proyectos para dar cobertura al crecimiento del sector durante el sexenio; sin embargo, a la fecha únicamente se han construido 30 de ellos, con un carente incremento de la infraestructura en líneas de transmisión del 1.19% .
El abandono en general que presenta el sector energético nacional es difícil de ocultar y es que la inversión destinada disminuyó en un 72% en los últimos cinco años, acumulando apenas 2,800 millones de dólares . Mientras que entre 2014 y 2018, los montos de inversión en el sector alcanzaron los 10,000 millones de dólares. Es evidente que la CFE no ha podido con la difícil tarea que el sector demanda y los recursos de los que dispone no han sido bien gestionados.
Pese al evidente rezago, actualmente hay 407 proyectos en lista de espera para ser interconectados al SIN, con una capacidad de más de 75,000 MW, que equivalen a casi el 80% de la capacidad total instalada del país . Gran parte de esos proyectos son de generación por medio de energías renovables y los promueve el sector privado. Pero la obsesión por parte del gobierno federal por los combustibles fósiles y de dar preferencia en el despacho a las plantas de CFE a pesar de ser más contaminantes, siguen siendo el principal obstáculo.