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La soberanía energética que no llegó

Lo que hoy se vive en torno al sector energético nacional, lejos de ser una manipulación de la información de la prensa “conservadora”, es parte de las consecuencias de una mala estrategia.
mié 12 julio 2023 06:09 AM
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Es evidente que la CFE no ha podido con la difícil tarea que el sector demanda y los recursos de los que dispone no han sido bien gestionados, señalan Sebastián Guzmán y Mariella Lona.

(Expansión) - El presidente miente, lo ha hecho por poco más de cinco años que lleva al frente del gobierno, pero cuando se trata del sector energético, la discrecionalidad de sus mentiras se eleva a un nivel que rebasan en constantes ocasiones los límites de lo risible.

Semanas atrás mientras el país era asolado por la ola de calor y las afectaciones al Sistema Interconectado Nacional (SIN) comenzaban a manifestarse por el incremento en la demanda de electricidad, él señalaba que el estado de emergencia reportado por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) no era más que “un simple protocolo” algo “de rutina”, y que el riesgo de que existieran apagones era algo imposible. Qué equivocado estaba el presidente.

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Este conjunto de argumentos nos hace recordar esta frase del reconocido político y escritor argentino Domingo Faustino: la ignorancia es atrevida. Básicamente nos dice que cuando no sabemos de algo, lejos de callarnos, nos atrevemos a hablar sobre cosas que no diríamos si tuviésemos más conocimiento, o en el caso del presidente, un poco más de criterio sobre los errores que durante su gestión se han cometido y que a pesar de los hechos se niega a reconocer.

Prueba de ello es que, a lo largo del mes de junio y lo que va de julio de este año, se han registrado apagones en distintas entidades, siendo los estados de Nuevo León, Sonora, Yucatán, Tabasco y Veracruz los más afectados . Curiosamente, son en esas regiones del país donde se presentan los principales “cuellos de botella” del SIN. Esto se debe a las limitaciones de infraestructura de transmisión y distribución, ambos sectores bajo la responsabilidad exclusiva de la CFE, cuyo desempeño en dichos rubros ha dejado mucho que desear.

Por ejemplo, en el desarrollo de la Red Nacional de Transmisión y Distribución se había definido la necesidad de construir cerca de 318 proyectos para dar cobertura al crecimiento del sector durante el sexenio; sin embargo, a la fecha únicamente se han construido 30 de ellos, con un carente incremento de la infraestructura en líneas de transmisión del 1.19% .

El abandono en general que presenta el sector energético nacional es difícil de ocultar y es que la inversión destinada disminuyó en un 72% en los últimos cinco años, acumulando apenas 2,800 millones de dólares . Mientras que entre 2014 y 2018, los montos de inversión en el sector alcanzaron los 10,000 millones de dólares. Es evidente que la CFE no ha podido con la difícil tarea que el sector demanda y los recursos de los que dispone no han sido bien gestionados.

Pese al evidente rezago, actualmente hay 407 proyectos en lista de espera para ser interconectados al SIN, con una capacidad de más de 75,000 MW, que equivalen a casi el 80% de la capacidad total instalada del país . Gran parte de esos proyectos son de generación por medio de energías renovables y los promueve el sector privado. Pero la obsesión por parte del gobierno federal por los combustibles fósiles y de dar preferencia en el despacho a las plantas de CFE a pesar de ser más contaminantes, siguen siendo el principal obstáculo.

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Esta ideología de “nacionalización” ha traído implicaciones muy costosas para las finanzas públicas del país. En materia de generación, la CFE apenas fue capaz de cubrir sus costos operativos, con una utilidad marginal menor al 1% , lo que acentúa el hecho de que este rubro del sector energético –a pesar de sus esfuerzos, partiendo de las innumerables modificaciones al marco jurídico, incluso avaladas por la SCJN en su momento – sigue sin ser rentable para la CFE, y el objetivo de alcanzar la tan ansiada soberanía energética es algo que no ha llegado ni llegará para mal de toda la población.

Lo que hoy se vive en torno al sector energético nacional, lejos de ser una manipulación de la información de la prensa “conservadora”, es parte de las consecuencias de una mala estrategia. Los argumentos que el presidente pronuncia desde la mañanera son un discurso ya gastado y una salida fácil ante el hecho de reconocer que su política energética ha fracasado, aunque él tenga “otros datos”.

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Nota del editor: Sebastián Guzmán ( @seguzdMX ) y Mariella Lona ( @MariellaLona ) son investigadores de Ethos Innovación en Políticas Públicas. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a los autores.

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