Y si me permite, estimado lector, antes citaré algunas cifras negativas para una empresa que un tipo de conducta indebida dentro de ella, el fraude (el cual es el 33% de los ilícitos cometidos hoy en día), puede ocasionar. De acuerdo con la Asociación de Examinadores de Fraudes Certificados (la ACFE por sus siglas en inglés) si un fraude dura seis meses, la pérdida económica promedio para la compañía es de 47,000 dólares; de siete a 12 meses, sube a 125,000 dólares; de 13 a 18 meses, son 175,000 dólares, y si el lapso se extiende, o la empresa es pequeña o mediana, la organización difícilmente podría sobrevivir.
Por supuesto, además de “cuidar” el modelo de negocio de cualquier empresa ante conductas indebidas, el prevenirlas y detectarlas también ayuda a alcanzar un entorno laboral saludable.
Específicamente para su detección, las organizaciones hacen uso de un método, obviamente poco conocido y de nula difusión dentro de estas, el cual consiste en tener alertadores o denunciantes, también nombrados whistleblowers, que tienen como función informar a los encargados de la gestión del capital humano sobre irregularidades, faltas al código de conducta, fraudes, corrupción u otra práctica no ética que esté ocurriendo en el entorno laboral que podrían pasar desapercibidas y perjudicar a la organización, sus empleados, socios y clientes de negocio.
Pero ¿qué pasa cuando a quien hay que denunciar es mi amigo o amiga? ¿Si fui invitada a participar en el ilícito y decidí no hacerlo, pero ni dije nada? ¿Si hago una denuncia falsa porque tal vez estoy enojada por algo que no conseguí? Estos y otros factores pueden hacer que no se denuncie de manera correcta o que el tiempo en el que transcurra y decida denunciar y lo haga se extiende y que esto resulte en un impacto negativo para la organización (más información: consultar tres párrafos arriba).
Entonces ¿y si mejor prevenimos estos actos indebidos y no llegamos a la necesidad de realizar una denuncia?
Herramientas que sustituyen a los alertadores o denunciantes existen. En pasadas colaboraciones he hecho referencias sobre soluciones tecnológicas que, a través de análisis de datos, Inteligencia Artificial (tan de moda últimamente pero que en la práctica se ha utilizado desde hace años) y machine learning aplicadas a la aplicación de monitoreo y detección de patrones de conductas indebidas para que así, los encargados del capital humano apliquen las debidas medidas preventivas y correctivas y no esperar hasta que el problema ya esté presente. Más vale prevenir que mitigar.