El G20 necesita defender la causa del multilateralismo, mostrando los beneficios y ventajas de servir a los intereses colectivos de la comunidad internacional. Este fue el mensaje clave de la Cumbre del Think20 en la India, en el que tuve el honor de participar en esta semana. Este foro es un “banco de ideas” integrado por think tanks y centros de investigación que buscan proporcionar recomendaciones políticas y estratégicas a los líderes del G20.
El mensaje es clave. El G20 debe exhibir los costos de abandonar la cooperación internacional y la desvinculación de las instituciones globales. La única forma de avanzar es persuadir a las superpotencias para que cooperen, mostrando el costo de la inacción frente al costo de la acción. El G20, bajo la presidencia de India, puede proporcionar impulso para la reforma. La necesidad es urgente, pero la probabilidad de lograrlo es nula dadas las tensiones geopolíticas, el estancamiento y la rivalidad entre las principales potencias. Por lo tanto, debe trabajar en una agenda mínima que identifique puntos en común.
Precisamente el multilateralismo está perdiendo confianza y no está generando entregables porque existe una falta de apoyo, compromiso y participación de las principales potencias, pero también porque necesitamos involucrar a nuevos actores, incluidos los no estatales, y una participación más amplia de las economías emergentes y los países en desarrollo en las instituciones internacionales.
No podemos revitalizar o revigorizar el multilateralismo sin la voz del Sur Global. Los países de África, América Latina, Asia y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo deben actuar colectivamente para aumentar su influencia y poder de negociación internacionales. Después de todo, la fuerza económica combinada de muchas economías emergentes y países en desarrollo, incluyendo sus recursos naturales, población en crecimiento y capital tecnológico, desempeñarán un papel crucial en el panorama económico global.
Necesitamos construir una gobernanza inclusiva para responder a los desafíos actuales y urgentes. Necesitamos establecer nuevas alianzas para la gobernanza global en el siglo XXI. Este tipo de participación aumenta la legitimidad y responsabilidad, y las políticas y acciones resultantes son propensas a ser percibidas como más representativas y tienden a tener menos fracasos y errores que aquellas que se realizan de manera unilateral.
La misión de la ONU es más importante que nunca, y, sin embargo, no está cumpliendo su cometido. Necesitamos reformar el Consejo de Seguridad, debemos discutir la ampliación de su membresía, la representación regional, reducir el uso del veto, y mejorar los métodos de trabajo y la relación entre el Consejo y la Asamblea General. Este fue uno de los principales temas de debate que sostuvimos dentro del Think20.