¿Cómo matar una cultura organizacional? Compensar a los colaboradores tóxicos de alto desempeño. Esto quiere decir, la toxicidad en la empresa es por una conducta demostrada por uno o varios miembros en la organización. De hecho, algunos la adoptan como el modo correcto de conducta, como una forma de sobrevivir en la organización. Aquí está el peligro e impacto adverso.
Una empresa tóxica es una organización en la que prevalece un ambiente de trabajo negativo y poco saludable. En estos entornos, el enfoque principal es el resultado financiero a corto plazo, lo que a menudo se traduce a tratos y estilos de liderazgo pobres, y motiva el que surjan prácticas comerciales cuestionables y una cultura que fomenta la desconfianza.
Las empresas tóxicas demuestran un patrón de conducta consistente. Entre las más comunes:
- Cultura basada en percepciones. Percepciones NO SON REALIDADES. HECHOS SON REALIDADES. El etiquetar a alguien o un grupo basado en la percepción tiene impactos adversos en la motivación, satisfacción y engagement de los colaboradores.
- Cultura de rumores. La habladuría, chismes, cotilleo son devastadores a nivel organizacional. Crean una dinámica negativa, tóxica e impacta directamente en el bienestar y salud mental de los impactados.
- Atracción de talento. Cuando la organización ya crea una fama (negativa) en el mercado, difícilmente podrán atraer talento de alto desempeño, alto potencial. Siempre encontrarán recursos, pero se dificulta el atraer a los de alto impacto para avanzar la agenda del negocio. Encuentran a los que “llegan a hacer” y comúnmente a los que hay que “decirles qué hacer”.
- Alto niveles de rotación. En una empresa tóxica, los colaboradores suelen abandonar la organización a un ritmo alarmante. Esto se debe a que el ambiente de trabajo es insostenible, lo que resulta en una pérdida constante de talento. La rotación elevada conlleva costos significativos de adquisición de talento y capacitación, además de afectar negativamente la moral y la cohesión del equipo.
- Cultura de miedo y desconfianza. Las empresas tóxicas a menudo promueven una cultura de miedo en la que los colaboradores tienen miedo de expresar sus opiniones, cuestionar decisiones o cometer errores.
Los líderes tienen que estar conscientes de la cultura organizacional en que se encuentran sumergidos. Entonces, ¿qué pueden hacer para transformar la organización?
1. Liderazgo. ¡Todo comienza en el YO! Los líderes tienen que trabajar en sí mismos; y en todos los niveles de liderazgo. Desarrollar estrategias efectivas de liderazgo que promuevan el balance, la comunicación efectiva, la colaboración y trabajo en equipo, la confianza. Hoy en día estos son mandatos, no es una opción. Deben demostrar un compromiso firme, hablado y demostrado, para promover el cambio.
2. Cultivar una cultura de valores sólidos. El segundo paso para reducir la toxicidad es establecer y comunicar valores corporativos sólidos y éticos. Demostrando un compromiso inquebrantable con estos valores en todas las decisiones y acciones.
3. Promover la transparencia y la comunicación abierta. Es esencial fomentar un ambiente en el que los colaboradores se sientan libres de expresar sus preocupaciones, hacer preguntas y compartir sus ideas sin temor a represalias.
4. Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo. Esencial para el éxito. Se logra a través de proyectos conjuntos, objetivos compartidos y recompensas basadas en el desempeño del equipo en lugar de la competencia individual. Cuando los colaboradores trabajan juntos hacia metas comunes, se fortalece la cohesión del equipo y se minimiza la toxicidad.
5. Recompensar la ética y la responsabilidad: Hay que reconocer y premiar a los colaboradores que toman decisiones éticas y responsables, incluso si estas decisiones no generan ganancias inmediatas. Al hacerlo, la empresa establece un estándar claro de conducta ética y motiva a otros a seguir ese ejemplo.