La evaluación es un proceso sistemático e imparcial para evaluar el desempeño del Consejo en su conjunto, de sus miembros individuales y de sus comités. Sirve como una herramienta valiosa para monitorear y mejorar la eficacia de la gobernanza corporativa. Es una ventaja competitiva por diversas razones, resaltando, entre ella:
1. Rendición de cuentas y transparencia. La evaluación del Consejo promueve la rendición de cuentas al garantizar que los Consejeros cumplan con sus deberes y responsabilidades. Proporciona una oportunidad para evaluar el desempeño de los miembros del Consejo, su adhesión a estándares éticos y sus contribuciones a la toma de decisiones estratégicas.
2. Mejora continua. La evaluación del Consejo sirve como catalizador para la mejora continua al identificar áreas en las que puede estar fallando. Ayuda a identificar debilidades en la estructura del Consejo, la composición o los procesos, y permite implementar mejoras específicas.
3. Desarrollo de los Consejeros. La evaluación proporciona retroalimentación valiosa a los Consejeros, ayudándoles a reconocer sus fortalezas y áreas de desarrollo. Al identificar brechas en habilidades, conocimientos o experiencia, las Consejos pueden adaptar programas de capacitación y desarrollo para mejorar las competencias de los Consejeros. Hay que evitar que los miembros del Consejo, especialmente los Independientes, caigan en la complacencia de su propia historia profesional y, por ello, puedan quedar relegados en la contribución que pueden hacer al no estar actualizados o con recomendaciones de vanguardia.
La efectividad de un Consejo depende de la calidad, la diversidad y la experiencia de sus miembros. El proceso de evaluación debe centrarse en las contribuciones y la dinámica de los consejeros individualmente, así como en el papel y la eficacia de los diferentes comités dentro de la estructura del Consejo. Este enfoque es esencial, por las siguientes razones:
1. Competencia y experiencia. La evaluación del Consejo permite a la empresa evaluar si los Consejeros poseen la experiencia y las habilidades necesarias para una gobernanza efectiva, así como crear una estrategia de vanguardia, que lleve a la organización en un crecimiento y retorno de la inversión constante. A su vez, el proceso de evaluación facilita identificar posibles brechas en las competencias colectivas del Consejo y ayudar a reclutar nuevos Consejeros con competencias específicas para aumentar la efectividad del propio Consejo.
2. Efectividad en el rol. El proceso de evaluación evalúa el desempeño de los Consejeros en su rol y responsabilidad. Asegura que los Consejeros estén activamente comprometidos, preparados para las reuniones del Consejo y contribuyan de manera significativa a las discusiones. Las evaluaciones también ayudan a aclarar las expectativas y definir las responsabilidades de los miembros del Consejo, lo que permite una alineación de roles más clara y minimiza posibles conflictos. Ser Consejero, no es ir a la reunión del Consejo o Comité a dar opiniones solamente, es mucho más.
3. Desempeño de los comités. Los comités dentro de la estructura del Consejo, como el comité de auditoría, riesgos, compensación, nominaciones, entre otros, desempeñan un papel crucial en el cumplimiento de funciones específicas de gobernanza. Evaluar el desempeño de los comités garantiza que estén funcionando de manera efectiva, manteniendo su independencia y brindando aportes valiosos a los procesos de toma de decisiones del Consejo.