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Navegar entre inversiones

En las inversiones existen muchos mitos que han alejado a las personas de tomar esta oportunidad.
vie 20 octubre 2023 05:59 AM
Navegar entre inversiones
El fondo del mar está lleno de barcos que naufragaron porque estaban comandados por capitanes sin brújula o sin mapa. Antes de embarcarse en la aventura de las inversiones es importante tener claras las áreas de oportunidad y riesgo, señala Alberto Martínez.

(Expansión) - En el vasto océano financiero, la inversión inmobiliaria se ha situado como un barco que ha llevado a más de uno a puertos fascinantes y desconocidos. Subirse a esta embarcación requiere de valentía, conocimientos y buenos acompañantes. Pero al igual que al navegar por el mar, los mitos y leyendas de monstruos de todo tipo han asustado a los viajeros. En las inversiones es igual: existen muchos mitos que han alejado a las personas de tomar esta oportunidad.

Navegando entre icebergs de desinformación no es sencillo, incluso puede derivar en nuevas leyendas que nada ayudan a los viajeros futuros. Por ello, vamos a desmitificar los mitos más comunes de las inversiones.

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El primero y quizá el más arraigado se relaciona con la propiedad. Este mito ha llevado a muchas personas a creer que la única forma de participar en el mercado inmobiliario es comprar una casa o departamento adicional y convertirla en una fuente de ingresos.

Sin embargo, esta idea no podría estar más lejos de la verdad. Si bien poseer propiedades puede ser una estrategia válida de inversión inmobiliaria, no es la única ni necesariamente la mejor opción para todos, por la simple y sencilla razón de que requiere de un nivel de ingresos que pocos mexicanos tienen.

Nadando entre monstruos y tiburones

Hay más de una manera de nadar, y si bien es cierto que poseer un inmueble es una de las formas más conocidas y populares de invertir, este mercado no está limitado a solo una opción. Existen modelos como el pool de rentas, crowdfunding, compra de acciones de empresas inmobiliarias, entre otras.

Pero tener una propiedad se ha cimentado en el mercado por una razón y es que nos educaron financieramente con apegos emocionales, es decir, nos inculcaron la idea de que necesitamos poseer algo y ese es el gancho seguro. Pero la realidad es completamente otra.

Otro de los monstruos marinos en las inversiones es la creencia de que solo las personas con alto nivel adquisitivo pueden aspirar a ser inversionistas. Si bien se requiere de un monto inicial, éste no tiene que estar acotado a sumas estratosféricas. El océano es de todos los peces, no solo del tiburón más grande.

En esta vida, nada es blanco o negro. Si bien la inversión inmobiliaria tiene un historial relativamente estable, no están exentas de riesgos y, como dicen, “la excepción hace la regla”. Por eso es esencial recordar que en temas como plusvalía y porcentaje de éxito, NADA está asegurado y, si alguien te jura que una inversión es libre de riesgo, no corras, ¡vuela lejos de ahí!

Moverse como las olas

El fondo del mar está lleno de barcos que naufragaron porque estaban comandados por capitanes sin brújula o sin mapa. Antes de embarcarse en la aventura de las inversiones es importante tener claras las áreas de oportunidad y riesgo, así como rodearse de especialistas que serán la guía para tomar las mejores decisiones, las más informadas.

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Así como las olas nunca dejan de moverse, un buen inmueble jamás deja de generar. Al tener una propiedad bien ubicada hay muchos caminos para manejarla y uno de ellos es obviamente una inversión de ganancia de capital, donde nos sentamos sobre nuestra isla, rogamos que suba de precio y finalmente vendemos cuando llegue al punto de cocción ideal.

Si tienes tiempo esta opción es viable y trae sus recompensas. Sin embargo, si algo no tenemos en esta vida es tiempo y mantener un flujo constante en nuestra inversión es igual de benéfico. Los ingresos pasivos al alquilar una propiedad, especialmente cuando necesitamos capital, son un verdadero salvavidas, pero la belleza está en que ninguna de estas dos es mutuamente excluyente de la otra.

Ya sea hacia los mitos o hacia las oportunidades, es importante no solo lanzarse a creerlas sin más, y al final será la educación financiera la que dicte si estás listo para embarcarte en la travesía de tu vida o si te sientas en el puerto a ver partir a los demás.

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Nota del editor: Alberto Martínez es CEO de DIAM. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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