Una aerolínea es mucho más que un medio de transporte. Sirve para acortar distancias, generar desarrollo de una ciudad o región, conecta personas, culturas, mercancías y facilita la integración al mundo globalizado.
La Mexicana que los mexicanos merecemos
Si bien tener una aerolínea estatal manejada por militares no es exclusivo de México —Argentina tiene a LADE y Colombia a SATENA— por lo general, éstas cumplen el propósito de operar destinos y/o rutas que las aerolíneas privadas no operan por no ser atractivas económicamente, pero que cumplen una labor socioeconómica necesaria en beneficio de las ciudades o comunidades servidas. Ante el proyecto de una aerolínea estatal, el gobierno mexicano tuvo la oportunidad de cumplir dicha labor, al crear una aerolínea —Mexicana— que apostará por el desarrollo de nuevas rutas y dará servicio a ciudades que en la actualidad no cuentan con servicio aéreo o es muy limitado.
El plan estratégico de Mexicana responde a otro capricho gubernamental, que en vez de satisfacer las necesidades y carencias en el ámbito de aviación nacional, se creó para operar, principalmente, en las rutas de mayor competencia como lo son de CDMX a Guadalajara, Monterrey, Cancún, Tijuana o Mérida. Sólo dos de las 14 rutas operadas son exclusivas – Ciudad Victoria y Palenque – y éstas son las rutas verdaderamente valiosas y dignas de aplaudirse.
Con el plan original de flota y rutas de Mexicana, el propósito es competir con el resto de las aerolíneas nacionales. Aviones de 160 asientos, rutas exclusivamente saliendo y llegando al AIFA —para seguir creciéndolo forzadamente— y sin opciones de conexión entre destinos. El inicio de operaciones nos mostró que se tuvieron que hacer algunas modificaciones al plan original, como la subcontratación de dos aviones regionales de 50 asientos, ya sea por falta de aviones de 160 asientos o porque algunas rutas no requerían de tantos asientos, así como la eliminación de algunos destinos como León, La Paz y Cozumel.
La aerolínea del estado es un excelente medio para detonar económicamente varias ciudades o regiones que se encuentran en el olvido —al menos en el sector aéreo. Varios aeropuertos comerciales en México, tanto de gobierno como privados, están en situación de abandono; entre ellos, Chichén Itzá, Guaymas, Ixtepec, Lázaro Cárdenas, Monclova, Nogales, Piedras Negras, Poza Rica, Saltillo y Tamuín. Pensar en devolver el servicio aéreo a estas localidades que alguna vez lo tuvieron debería ser un tema prioritario para el gobierno federal.
El mercado no requiere de más competencia en rutas ya competidas, requiere de un plan aeronáutico regional que incentive la apertura y crecimiento de rutas regionales a largo plazo. Operar las mismas rutas de siempre no debe ser la función de Mexicana. Si los mexicanos pagaremos con nuestros impuestos las pérdidas de la aerolínea estatal, los mexicanos merecemos una aerolínea estratégicamente pensada y creada con la finalidad de generar desarrollo y crecimiento en ciudades desatendidas por vía aérea que ya cuentan con dicha infraestructura.
No es un camino fácil, ni rápido, ni rentable en el corto o mediano plazo, pero si alguien puede y debe darse el lujo de ser paciente y apostar por un desarrollo aéreo más regional, es el gobierno federal a través de Aerolínea del Estado Mexicano “Mexicana”. Ahora es cuando.
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Nota del editor: Alejandro De Leo Winkler es experto en la industria aeronáutica y especialista en aviación. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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