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A fuerza, hasta el AIFA crece

Seguir limitando las operaciones en el AICM tendrá consecuencias económicas no solo para las aerolíneas, sino también para los usuarios y para la economía del país.
jue 31 agosto 2023 06:11 AM
aicm recorte vuelos
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México va por un nuevo recorte en el límite de operaciones por hora, que pasaría de 52 a 43 vuelos. Este segundo recorte de operaciones equivaldría a 17% menos operaciones en el aeropuerto capitalino.

(Expansión) - No es ningún secreto que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) ha estado operando en modo “terapia intensiva” desde que se anunció el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco. El plan era mantener vivo al AICM, pero listo para desconectarlo.

Ante la cancelación del aeropuerto de Texcoco, que mantiene al AICM operativo y la puesta en marcha del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), no solo se debió inyectar más recursos al AICM, sino que se debió ponerlo al corriente con todo lo que no se invirtió mientras el aeropuerto de Texcoco estaba en construcción. Esta medida, al parecer, no fue contemplada por la actual administración y por eso el AICM está agonizando.

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Desde que la actual administración anunció la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la puesta en marcha del AIFA, ha imperado la necesidad del gobierno de justificar y hacer funcionar su proyecto. La realidad es que, poco a poco, se ha venido “invitando” a las aerolíneas y usuarios a mudarse al AIFA, a través de decisiones arbitrarias que reducen las operaciones en el AICM, argumentando saturación y seguridad. Es importante mencionar que el aeropuerto de Toluca también se ha visto afectado por las decisiones de la actual administración, limitando la expedición de permisos para nuevas rutas aéreas, como alternativa a la saturación del AICM.

En 2022 se llegó a un acuerdo para reducir el número de operaciones por hora de 61 a 52 y, justamente ayer, el Gobierno federal acaba de ordenar una reducción mayor, que va de 52 a 43 operaciones por hora , llegando a un 30% menos de operaciones por hora. Aerolíneas y organizaciones han levantado las alertas ante un posible caos.

Seguir limitando las operaciones en el AICM tendrá consecuencias económicas no solo para las aerolíneas, sino también para los usuarios y para la economía del país. Un aeropuerto funge como un detonador de desarrollo y conectividad en la región, atrae inversión, derrama económica y genera empleos. Pero el AICM está condenado a hacer todo lo contrario. Los precios de los boletos subirán ante una menor oferta, la actual conectividad doméstica e internacional se verá reducida y, forzosamente, habrá despidos de personal. La lógica de un país en crecimiento nos dice que el plan estratégico debería ser el de incrementar el número de pasajeros, no trasladarlos de un lugar a otro por la fuerza.

El AIFA no está preparado para sustituir al AICM, ni fue concebido para tan titánica labor. Aún carece de mucho atractivo para el pasajero: 1) por su lejanía del centro de la CDMX, 2) por la falta de un transporte público masivo que facilite su conectividad y 3) por lo costoso y peligroso que puede ser llegar. Sí, el tren suburbano será una realidad a principios de 2024 y seguramente será una buena opción, pero falta ver el costo, confiabilidad y seguridad que ofrecerá a los usuarios. Si el AIFA contara con un plan más realista respecto a su viabilidad y función no habría necesidad de forzar las cosas.

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La incapacidad de esta administración de aceptar que el AICM debe seguir siendo el principal aeropuerto de la Zona Metropolitana del Valle de México es clara. La respuesta a muchos de los problemas que aquejan al AICM desde hace años es simple, inversión. Pero el mensaje de la actual administración es muy claro: el AIFA por sobre el AICM. No obstante que la preferencia del usuario final siga siendo el AICM, a pesar de todos los problemas y molestias que el AICM presenta a sus usuarios.

El absoluto desinterés, odio y recelo que el actual gobierno pareciera tener contra el AICM está generando un mayor costo al usuario final y un muy importante rezago en la industria en términos de competitividad y crecimiento. Un capricho político que estaremos pagando muy caro en los próximos años.

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Nota del editor: Alejandro De Leo Winkler es experto en la industria aeronáutica y especialista en aviación. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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