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#Entrelíneas | La conveniente unidad empresarial

Los empresarios lo tienen claro: 2024 será un año muy complicado por el ingrediente político-electoral.
lun 22 enero 2024 06:06 AM
Francisco Cervantes CCE
En marzo de 2024 se oficializará el tercer año de Francisco Cervantes al frente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Los empresarios ya lo tienen decidido: para el cierre del actual sexenio y con miras a la sucesión presidencial pretenden transitar con el menor daño posible. El pasado viernes, antes de que arrancara el Consejo Nacional del CCE, los presidentes de los diferentes organismos de representación felicitaron a Francisco Cervantes, quien continuará liderando la conversación del sector privado frente a un gobierno que ha manifestado, una y otra vez, la separación del poder político frente al económico.

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Los empresarios lo tienen claro: 2024 será un año muy complicado por el ingrediente político-electoral. Después de cinco años de altibajos en su relación con la autollamada Cuarta Transformación, hay algunos miembros del sector privado que sostienen la postura de estirar la liga y enfatizar lo que para ellos ha provocado la ruina del país, sin embargo, domina más la percepción de que el actual presidente del CCE ha logrado mantener el diálogo, la presencia y la conciliación con el Presidente de la Republica y los miembros de su gabinete, y por lo tanto lo más conveniente es no alterar esa interlocución.

Así, bajo ninguna circunstancia se manifestarán aquellos pronunciamientos encendidos expresados en 2018 por algunos reconocidos empresarios que advertían del “peligro” que significaba Andrés Manuel López Obrador. Nada de lanzar cuchillos contra el actual gobierno; mejor, impulsar la unidad de los empresarios y apostar a tres objetivos: diálogo, conciliación y presencia, para terminar con los menores rasguños posibles de la administración que en ciertos momentos los ha puesto contra las cuerdas.

En 2024, los empresarios tienen presente que la unidad es la clave, aún y cuando ésta pueda sostenerse bajo alfileres.

Contexto:

Durante la presidencia de Carlos Salazar, el CCE se sujetó a una reforma en el proceso de sucesión considerando que existía una tradición de prolongar los tiempos de permanencia en el cargo. Había ocasiones en que la sucesión ocurría en junio, empatando con los cambios de sexenio. Detrás de ello se desvelaba una intención de preservar el poder. Fue entonces que se cambiaron los estatutos para que la renovación o permanencia en la presidencia del CCE ocurriera en marzo, meses antes de la celebración de las elecciones al Congreso o a la Presidencia de la República, para que así el sector privado pudiera estar bien plantado frente a lo que se aproximara.

Muy pocas veces en la historia del CCE se han registrado cambios intempestivos en la Presidencia. El caso más sonado tuvo lugar en el año 2000, cuando Jorge Marín Santillán no logró continuar con su gestión y su lugar fue ocupado por Claudio X. González. Para 2018, el candidato a la Presidencia del CCE era, en realidad, Manuel Herrera, entonces presidente de la Concamin, pero la victoria de Andrés Manuel López Obrador obligó a un Plan B. Después, en vísperas del cierre de la Presidencia de Carlos Salazar, el equipo ejecutivo del CCE tocó muchas puertas para encontrar a su sucesor, pero nadie daba el sí. Experimentados empresarios rechazaron la oferta. Incluso, se buscó que una mujer quedara al frente. Finalmente, se determinó que Francisco Cervantes tomara el cargo.

El actual Presidente del CCE ha sabido mantener el diálogo con el gobierno, pero también hay algo que se ha perdido durante su gestión. Según fuentes consultadas, el Presidente de la República solía enterar a Carlos Salazar, con ciertos grados de anticipación, de las acciones que emprendería. Ahora, acusan, Francisco Cervantes se entera de las cosas cuando ya están ocurriendo. Aquella deferencia se perdió.

Al mismo tiempo, se registran algunas luchas de vencidas al interior del CCE pero que, ciertamente, no ponen en riesgo la unidad. Los golpes han tenido lugar, sobre todo, en aquellos espacios dedicados al comercio exterior, cruces fronterizos, aduanas, puertos, y en donde algunos de sus integrantes han pretendido imponer los intereses de un sector en lo particular, haciendo a un lado los intereses gremiales. La intención de imponer intereses particulares, dicen las fuentes consultadas, han generado mucho malestar al interior del CCE, sobre todo porque ciertos grupos han pretendido tomar decisiones al margen de Francisco Cervantes y hasta dar órdenes a la oficina del CCE en Washington.

Como sea, en marzo de 2024 se oficializará el tercer año de Francisco Cervantes al frente del CCE. Es año electoral y el objetivo es mantener la calma y no tener pleitos. A unos meses de las elecciones presidenciales, sería un suicidio enfrentarse a la autollamada Cuarta Transformación, más aún cuando ésta goza de altas posibilidades para sostenerse. La misión es transitar con el menor daño posible.

En lo que resta de la actual administración, el sector privado mantendrá la defensa de los órganos autónomos, hoy tan golpeados por el Presidente, e impulsará una narrativa en pro de la democracia y la participación del voto. Después, a partir del primer día del próximo gobierno, los tonos podrían cambiar…

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Los temores alrededor de las posturas de Claudia Sheinbaum radican en sus ataques al Poder Judicial y al mundo maravilloso que observa en materia de seguridad, pero los empresarios también sostienen que, en caso de que ella asuma la Presidencia, sí o sí requerirá de ayuda del sector privado, sobre todo por la bomba que representa el déficit fiscal y el desastre en el que se encuentran las finanzas públicas.

Bajo esos entornos, los empresarios sí tienen que ser muy vocales pero siguiendo los principios más básicos del feedback: primero, empezar con lo positivo o matizando lo negativo, para después proponer un cambio.

De algún modo tendrán que evidenciar que hay muchas cosas que se tienen que cambiar en las políticas públicas, advertir de los posibles estallidos sociales que pudieran detonarse, enfatizar los grados de oportunidad que se han perdido en los últimos cinco años y de los años que podrían perderse si no hay un golpe de timón… Palabras más palabras menos, decir que México sigue teniendo grandes oportunidades pero enfrenta grandes retos que, si no son resueltos, el panorama para todos será muy sombrío.

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Ésta es otra historia:

La descomposición política en Estados Unidos es un foco rojo para los empresarios mexicanos. La brutal crisis de desconfianza que carga Joe Biden y la preocupante influencia que sigue teniendo Donald Trump pueden descomponer la relación comercial y el buen curso del T-MEC, que en 2026 estará sujeto a un proceso de revisión.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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