Ahora, lo que viene es un proceso de acercamiento con quienes aspiran a suceder a Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República y, así, buscar los consensos para materializar dicha agenda. Enrique de la Madrid, coordinador de la coalición Fuerza y Corazón por México, ya la tiene en sus manos; mientras que se prevé que Gerardo Esquivel, integrante del equipo que promueve la continuidad de la autollamada Cuarta Transformación, la reciba en los próximos días, al margen de un primer contacto vía telefónica.
En el discurso, se trata de orientaciones muy generales de política económica y tonos en su mayoría positivos para la próxima administración. Integra, sí, una narrativa novedosa, pues va más allá de la maximización de beneficios para las empresas y busca ofrecer una perspectiva más social. Pero le falta algo: más filo, dado que evita poner el acento en lo que se destruyó a raíz de las decisiones tomadas por el actual sexenio.
En términos generales, la agenda “Un México mejor para todos” sostiene que las empresas son las detonantes de la prosperidad de las personas y del crecimiento económico, pero también las generadoras de impuestos que permiten atender las necesidades sociales. Por lo tanto, consigna, sin empresas no hay país.
Sin entrar en detalles, la IP llama a activar la movilidad social, considera que nadie gana con más pobres, por lo que se dice dispuesta a seguir siendo el motor de la economía, pues no hay otro camino sostenible para el mejoramiento en las condiciones económicas de las personas como es la creación de empleos.
Los empresarios buscan influir en 2024 pero, para eso, no quieren repetir la historia que se ha contado durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Es decir, con este documento pretenden ofrecer un diagnóstico muy general en torno de lo que ha ocurrido con la economía y los negocios para no alterar la relación con la nomenclatura política; no hablar del deterioro en el que se encuentran las instituciones y los procesos económicos, para reconstruir lo que razonablemente se pueda, en un primer momento.
Con la actual administración está claro que el disenso trae consigo el ataque, la polarización y la parálisis en la interlocución. Por lo tanto, se entiende el tono de la estrategia que los empresarios pretenden impulsar y los mensajes entrelíneas de su agenda estratégica.
Por ejemplo, nadie puede estar contra una educación que sirva para el capital humano, pero lo que hoy se tiene solo sirve para tener contenta a la CNTE; también, la salud puede ser vista como generación de capital humano hacia el futuro para que las personas puedan gozar de bienestar y al mismo tiempo ser más productivas, pero es inocultable la destrucción del sistema de salud en esta administración.
Por otro lado, se cita que el aumento del déficit público es sustancial, históricamente alto, al tiempo que se advierte de la insostenibilidad de las finanzas públicas, pero no hay una sola línea que hable de la carga de dinamita que la futura administración recibirá en términos fiscales.