Alimentar el optimismo siempre es un ejercicio indispensable para proyectar un buen horizonte. Pero también y sin afán de fastidiar, es necesario considerar lo que puede salir mal, justo para considerar estrategias de prevención.
Con la colaboración de Heberto Taracena, CEO de Kukun; Gustavo Huerta, general partner y mananging director de View Capital; y Pablo Lascurain, fundador de 4Founders, se ofrece el siguiente panorama: México sigue viviendo el mejor momento de su historia para emprender dado que hay muchos fondos dispuestos a invertir gracias al potencial que tiene; sin embargo, después de que en los últimos años se registrara una fiebre con subidas y bajadas en cuanto a montos de inversión, el ecosistema emprendedor seguirá registrando algunas ‘correcciones’ en 2024.
El dinero seguirá caro ante el estado que guardan las tasas de interés. Las dificultades para levantar capital se acentuarán, los criterios para adquirir financiamiento se endurecerán, la exigencia de los fondos por obtener rentabilidades inmediatas aumentará, la inflación seguirá siendo un factor y la economía de Estados Unidos se mantendrá bajo estrés. Es decir, emprender será cuestión de valientes.
“En 2024, los emprendedores deberán dedicar el 90% de su tiempo en considerar todo lo que pueda salir mal y el resto en su visión de largo plazo”, advierte Heberto Taracena. “Eso obliga a una segunda cosa que es orden financiero y a una tercera que es buscar a los aliados de capital correctos. Estas no son etapas como para lanzar las campanas al vuelo y tomar riesgos excesivos. Al revés”.
Los tiempos en los que se apostaba a emprendimientos que vendrían a cambiar el mundo se acabaron. Sí, la creatividad radical seguirá siendo muy apetecible pero la aversión al riesgo se impondrá en buena parte de los proyectos. Es una regla de la realidad: el capital está buscando retornos con mayores certezas y, lejos de narrativas triunfalistas, no habrá las millonarias valuaciones que tuvieron lugar en años previos.
“Esto pasará este año: los fondos seguirán invirtiendo en los emprendimientos que ya fondearon y así privilegiarán sus valuaciones, aunque les cueste un poco la vida”, proyecta Pablo Lascurain. “No veo el surgimiento de unicornios con inversionistas mexicanos, pero lo que podría llegar a pasar es que alguna startup mexicana reciba un buen proceso de fundraising fuera del país que la lleve a declararse unicornio”.
Los emprendimientos en edades tempranas seguirán operando bajo las mismas circunstancias de siempre, gracias al financiamiento de familiares, amigos y uno que otro fan. El levantamiento de capital estará sobre todo dado a emprendimientos maduros, pero eso los obligará a estar financiera y fiscalmente sanos, con administraciones pulcras y profundamente rigurosas.