Actualmente, cuando la IA está emergiendo como una industria independiente y se estima que contribuirá con aproximadamente 16.5 billones de dólares a la economía mundial para 2030, ¿en dónde se encuentra México en este tema?
La IA en México ha cobrado un gran impulso en los últimos años en varios sectores, desde la industria hasta la atención médica, debido a la gran cantidad de empresas que buscan especializarse en el área de desarrollo de productos basados en IA para ayudar a las organizaciones a mejorar su eficiencia, independientemente de que hay una amplia gama de startups que también están desarrollando tecnologías de IA en México con soluciones para sectores como el turismo, el retail, la agricultura y la seguridad.
De acuerdo con un estudio de IDC realizado a fines del año pasado, el 90% de las empresas mexicanas aplica IA en sus negocios incluyendo el uso de chatbots, la optimización de cadenas de suministro y la prevención de fraudes, entre otros. Ello, a pesar del poco apoyo que el actual gobierno ha dado a la ciencia y la tecnología. Hoy surge la esperanza de que, a medida que la tecnología avance, el impacto de la IA en México siga creciendo, especialmente porque llega a la presidencia de la República una científica universitaria que está creando (o potenciando el Conahcyt) la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Entre los sectores en los que más ha impactado la IA en México se encuentra la automatización de los procesos industriales, no sólo realizando tareas repetitivas, sino para orientar mejor la toma de decisiones. En el ámbito de la salud, un sector de los más afectados por las decisiones gubernamentales, la IA, también está teniendo un gran impacto en la atención médica, fundamentalmente en el sector privado. Algunos hospitales la utilizan para analizar imágenes y mejorar la precisión de los diagnósticos, así como para apoyar en la mejor toma de decisiones sobre tratamientos.
Inclusive en el sector financiero la IA está teniendo impacto. Algunas instituciones financieras la emplean para analizar datos de transacciones y detectar patrones sospechosos de fraude, al igual que para la toma de decisiones en el sector financiero.
Me parece que el panorama de empleo de la IA en México es esperanzador. La nueva dependencia gubernamental tendrá que enfrentar algunos retos, el primero de los cuales debería ser el de diseñar políticas de gobierno adecuadas para asegurar que los datos y la información sean utilizados de manera correcta; parece que las políticas actuales no están suficientemente alineadas con el desarrollo de la IA.
Por otro lado, creo que será necesario desarrollar una fuerza laboral muy bien calificada para la operación de la IA en los diferentes sectores, lo que implica contar con desarrolladores de software, científicos de datos, ingenieros de inteligencia artificial y expertos en aprendizaje automático perfectamente capacitados.
Otra área de oportunidad, que durante el actual gobierno fue desestimada, es dar un fuerte apoyo a la investigación y desarrollo, lo cual implica una considerable y continua inversión que permita desarrollar la IA a nivel significativos.
Independiente de lo anterior, vale tener en cuenta lo que dice el doctor Fernando Filgueiras, Director de Investigación de la Escuela Nacional de Administración Pública de Brasil: “La aplicación de la IA en la administración pública implica dos aspectos. Primero, aumentar la eficiencia de la máquina administrativa. Al expandir las capacidades de una administración pública para resolver diferentes problemas, la aplicación de IA aumenta la eficiencia del sector público. El segundo aspecto involucra el proceso de elección (o decisión) de los administradores públicos. Desde el principio es importante pensar en la elección de tecnologías como una construcción social que involucra comportamientos, actitudes y cogniciones en el proceso de transformación digital”.