Si bien algunos bancos centrales ya iniciaron el recorte en sus tasas de interés, la coyuntura económica tras el Covid-19 alineó a la política monetaria debido a la necesidad de brindar estímulos monetarios a las economías a nivel global. De la misma manera, el escenario de presión inflacionaria en el planeta obligó a que los bancos centrales comenzaran el inicio de un ciclo de subida en las tasas de interés.
Sin embargo, en algún momento, dependiendo la región o la economía, las condiciones iban a cambiar y se daría inicio a una descorrelación entre las políticas de los bancos. Lo curioso es que la Reserva Federal, el banco más influyente en el mundo, siga manteniendo sin movimiento la tasa de interés.
En el caso del Banco Central Europeo, las condiciones económicas han sido divergentes respecto al comportamiento de la economía estadounidense, la cual se ha mantenido resiliente. En el caso de Europa, algunos países han estado cerca de la recesión, lo que obligó a su banco central a realizar el primer recorte.
¿En qué puede influir que los bancos centrales tengan descorrelación de la Fed? De inicio, mayor fortaleza del dólar ante las demás divisas como el euro, y en el caso de países emergentes, un fortalecimiento del dólar implica un costo mayor de su deuda, que por lo regular se mantiene en la divisa americana, trayendo implicaciones negativas para estas economías.
Los bancos centrales deben tener tacto y manejar la política monetaria con alfileres, ya que desanclar de la Reserva Federal puede traer ciertas implicaciones; en algunos casos hay economías que cumplen con las condiciones para que sus bancos desafíen a la Fed. Tal es el caso de China, pero economías emergentes como México suelen en ocasiones estar sometidas a la influencia del banco central más influyente del mundo.
Lo que estamos observando es una divergencia entre Estados Unidos y el mundo. La Fed, como siempre, con un discurso ambiguo donde aparentemente da señales dovish (Política monetaria relajada) al mercado, una de las razones por la cuales se mantiene optimista el mercado accionario.