De acuerdo con la autora, hay culturas como la norteamericana y las latinoamericanas en las que el juego libre se percibe como una pérdida de tiempo. Sin embargo, los daneses lo consideran como la base de la pedagogía. No solo por ser una necesidad de las infancias, sino por sus impactos para el desarrollo.
En particular, el juego permite hacer conexiones en el cerebro que marcan diferentes etapas del desarrollo, con lo que cada ser humano a una corta edad corrobora de qué es capaz. Además, afianza una brújula interior en cada persona con lo que aumenta el sentido de responsabilidad y permite confiar en sus propias decisiones. También reduce el estrés –al lograr una desconexión en una actividad que se hace solo por diversión–, estimula la creatividad y trabaja las relaciones sociales cuando hay otra persona involucrada. Cualquier juego en equipo requiere cierto grado de negociación y tolerancia por más divertido que sea.
Todas estas aptitudes son necesarias en la vida adulta y se les conoce como habilidades blandas o soft skills . Estas son cada vez más requeridas en el mercado laboral, sobre todo en los puestos de toma de decisiones. Lo increíble es que las empezamos a trabajar desde que somos pequeños y van madurando con el tiempo.
¿Qué tipo de juego logra estos beneficios? Aquellos que inventan los propios niños y que solo requieren un tiempo y un espacio determinado. Tal vez algunos objetos que ayuden a la imaginación. Nada de pantallas, ni consolas. Por eso es tan importante que los niños se aburran, al grado de que su única opción sea inventarse alguna diversión dentro de los límites permitidos en casa.
En lo personal, siempre he sabido que el juego es importante, pero el libro cambió mi perspectiva y me dio paz. Incluso el próximo año escolar evitaré saturar a mis hijos de extracurriculares, que tienen estructura, para que tengan más tiempo de jugar libremente. Tampoco se trata de que mamá o papá se conviertan en los entretenedores. Lo único que requieren es tener un tiempo específico con ciertas motivaciones para que jueguen diferente y dejen volar su imaginación más seguido. También tendrán que resolver más pleitos, de esos que surgen entre hermanos cuando llega la ociosidad.