En una realidad donde la tecnología permea cada aspecto de nuestra vida cotidiana, la protección y cuidado de los datos personales es tan esencial como entender los conceptos de ahorro, inversión y crédito. Es decir, la educación financiera debe integrar como un pilar fundamental, recomendaciones y técnicas para salvaguardar nuestra información ante mecanismos de fraude que son cada vez más sofisticados y difíciles de detectar.
Protección de datos, el nuevo pilar de la educación financiera
En México, como en otros países, se observa un incremento en las estafas financieras y el robo de identidad. De acuerdo con un estudio publicado por Fortinet, México reportó 31,000 millones de intentos de ciberataques, concentrando el 55% de los ataques dirigidos a América Latina.
Lo anterior, agudiza la necesidad de tomar medidas para la prevención de fraudes y ciberseguridad para así proteger la infraestructura digital y económica de los mexicanos.
De forma cotidiana nos exponemos a situaciones que podrían poner en riesgo nuestros datos personales. Por ejemplo, al recibir un mensaje SMS de la empresa de mensajería con la que tradicionalmente tiene contacto mediante plataformas de e-commerce. El texto le pide actualizar los datos de su cuenta para efectuar un cobro, al ingresar la información en el enlace resulta ser falso y sus datos son vulnerados.
Además de esta distracción, se debe considerar que hacer uso de conexiones de wifi-inseguras, así como compartir a través de redes sociales suficiente información que da claridad de sus movimientos diarios, incluyendo sus hábitos de compra y otros datos es un peligroso descuido de sus datos personales.
A medida que la tecnología ha transformado la forma en la que realizamos nuestras transacciones, compras y socializamos, cobra mayor importancia considerar la protección de datos como parte de la educación financiera, todos debemos acceder a cursos, talleres y especializaciones sobre la protección y cuidado de nuestros datos personales.
Sería muy recomendable que los programas de estudio de todos los niveles incluyeran este tipo de enseñanza como parte de la educación financiera. De hecho, es fundamental mantenernos al día con las últimas tendencias y riesgos en el ámbito digital para atender el impacto que pueden tener sobre nuestras finanzas personales.
Hoy en día, un delincuente puede apropiarse de toda la información almacenada en el teléfono celular mediante técnicas como el SIM swapping. También puede introducir malware o códigos maliciosos a través de la lectura de un código QR comprometido (QRishing), o simular una llamada legítima de un banco para solicitar datos personales, conocido como vishing. Estos métodos son cada vez más variados y sofisticados, y constantemente emergen nuevos esquemas.
Estadísticas recientes reflejan que debemos poner atención en el tema. Según el informe de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) al mes de junio de 2024, el 49% de las reclamaciones son debido a consumos, cargos y transferencias no reconocidas por el dueño de las cuentas. Estos fraudes, a menudo involucran el uso indebido de datos personales.
Definitivamente, incorporar la protección de datos como un pilar de la seguridad financiera es el siguiente reto de la banca.
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Nota del editor: José Manuel Barbosa es Director General Adjunto de Operaciones de Scotiabank México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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