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Protección de datos en el sector financiero, obligación moral hacia los usuarios

Cualquier incidente de seguridad puede tener consecuencias catastróficas para los clientes y para la reputación de las instituciones involucradas.
vie 08 noviembre 2024 06:06 AM
Protección de datos en el sector financiero, una obligación moral hacia los usarios
La acelerada transformación digital ha provocado un aumento significativo en el volumen de datos personales que circulan a través de diversas plataformas financieras, señala Ángel Montes de Oca.

En la era digital, el manejo y protección de los datos personales ha adquirido una importancia fundamental en todos los sectores, especialmente en el financiero. La confianza que los usuarios depositan en instituciones como bancos, fintech y empresas relacionadas con servicios financieros depende, en gran medida, de la capacidad de estas organizaciones para garantizar la seguridad de su información personal y financiera.

Sin embargo, esto va más allá de la mera protección de datos: se trata de construir un entorno de transparencia y responsabilidad que permita a los usuarios sentirse seguros al realizar transacciones y compartir información sensible.

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La acelerada transformación digital ha provocado un aumento significativo en el volumen de datos personales que circulan a través de diversas plataformas financieras. En México, la industria fintech ha crecido un 23% anual en promedio, superando los 500 millones de transacciones digitales en 2023, según datos del Banco de México.

Este auge implica que las empresas deben gestionar, almacenar y proteger adecuadamente grandes volúmenes de datos para evitar vulneraciones que pongan en riesgo la privacidad de los usuarios. La realidad es que cualquier incidente de seguridad puede tener consecuencias catastróficas para los clientes y para la reputación de las instituciones involucradas.

Hoy en día, los clientes no solo buscan servicios ágiles y eficientes, sino que también exigen que sus datos sean tratados con el más alto nivel de confidencialidad. Aquí es donde entran en juego dos aspectos cruciales: la confianza y la transparencia.

Un pilar fundamental

La confianza es el pilar sobre el que se sustentan las relaciones entre las instituciones financieras y sus clientes. Las personas confían en que sus bancos y proveedores de pago, así como otros servicios financieros protegerán su información con los más altos estándares de seguridad. Sin embargo, la confianza no se construye de la noche a la mañana. Es un proceso que implica consistencia en las prácticas de seguridad, claridad en la comunicación y, sobre todo, una reacción rápida y efectiva en caso de incidentes de seguridad.

En 2022, se reportaron más de 77,000 incidentes cibernéticos en México, afectando principalmente a instituciones financieras, según cifras de la Asociación de Bancos de México (ABM). En este sentido, las empresas deben invertir en tecnología que les permita estar un paso adelante de los ciberdelincuentes. La implementación de sistemas avanzados de encriptación, autenticación multifactorial y monitorización constante son solo algunas de las medidas que pueden ayudar a mitigar el riesgo de ataques.

Pero esto no es suficiente, la confianza también se basa en la capacidad de las instituciones para actuar con responsabilidad cuando se presenta una vulnerabilidad. Las empresas deben ser proactivas, transparentes y honestas al informar a los usuarios sobre cualquier incidente que comprometa su información. El 72% de los usuarios en México prefiere utilizar una plataforma si ésta actúa con transparencia ante un problema de seguridad, en lugar de ocultar los hechos.

Manejo de datos

La transparencia es el segundo aspecto clave en la ecuación. Los usuarios tienen el derecho de saber cómo sus datos están siendo recolectados, utilizados y almacenados por las instituciones financieras.

En este sentido, la normativa es clara, en México, la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP) obliga a las empresas a informar a los usuarios sobre el uso de sus datos y obtener su consentimiento para ello. Aunque, la transparencia no debe limitarse a cumplir con las regulaciones. Es importante que las instituciones vayan más allá y establezcan políticas claras, accesibles y comprensibles para todos.

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Un aspecto fundamental de la transparencia es la educación. Los usuarios deben estar informados sobre los riesgos de compartir su información en línea, así como sobre las medidas de seguridad que están a su disposición para proteger su privacidad. Esto incluye desde el uso de contraseñas seguras hasta la posibilidad de activar alertas ante movimientos sospechosos en sus cuentas. Y es que en México, el 58% de los usuarios no sabe cómo proteger adecuadamente sus datos al realizar transacciones en línea.

En resumen, la protección de datos en el sector financiero no solo es una responsabilidad legal, sino también una obligación moral hacia los usuarios. La confianza y la transparencia deben ser los pilares sobre los que se construyan las relaciones entre las instituciones y sus clientes. Solo a través de una comunicación clara, una gestión adecuada de los riesgos y un enfoque centrado en la seguridad y privacidad de los datos, podremos asegurar un entorno digital más seguro y robusto para todos.

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Nota del editor: Ángel Montes de Oca es Business Manager de UPAGO en México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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