De acuerdo con el informe 2025 RSA ID IQ Report , las brechas de seguridad relacionadas con la identidad son más graves y costosas que los incidentes cibernéticos comunes y es que, además del impacto económico, las sanciones regulatorias, los costos adicionales asociados con la reparación del daño y la prevención de futuros incidentes, se les suma como consecuencia la pérdida de confianza de los clientes.
Asimismo, las violaciones de datos relacionados con la identidad van más allá del robo de información personal como contraseñas o números de tarjetas de crédito. Estos incidentes pueden incluir suplantación de identidad, acceso no autorizado a cuentas bancarias y a servicios críticos, así como el uso indebido de información para actividades fraudulentas o delictivas.
En muchos casos, el robo de datos puede pasar desapercibido hasta que ya se han ocasionado serios daños, lo que es particularmente crítico para las organizaciones que manejan grandes volúmenes de información sensible de sus clientes, porque una filtración puede desencadenar consecuencias legales y económicas importantes.
El costo de una violación de datos puede variar dependiendo de la magnitud del incidente, pero, en promedio, según IBM, es de 4.88 millones de dólares.
La reciente iniciativa para la implementación de la CURP biométrica
Todos los riesgos digitales anteriormente señalados deben ser tomados en cuenta en México, sobre todo con la reciente iniciativa para la implementación de la Clave Única de Registro de Población (CURP) biométrica en algunos estados a partir de 2025.
Si bien esta medida se toma como parte de los esfuerzos para combatir el robo de identidad y fortalecer la seguridad cibernética en el país, se debe reforzar las medidas de ciberseguridad para proteger las características biométricas clave, como huellas dactilares, iris y firma digital de los ciudadanos mexicanos.
Se espera que el nuevo formato de la CURP biométrica represente una mejora significativa sobre la versión tradicional, ya que integrará características físicas intransferibles que permitirán una identificación más precisa y confiable, cuyo objetivo es reducir otro riesgo digital al que se enfrenta la generalidad de la población: el número de fraudes relacionados con el robo de identidad.
A nivel mundial, la implementación de tecnologías biométricas no es el único avance que está ocurriendo en el ámbito de la ciberseguridad. Según el estudio mencionado de RSA, las organizaciones están adoptando cada vez más tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), para proteger los datos relacionados con la identidad. Incluso, se adelanta que, en 2025, 79% de las organizaciones encuestadas a nivel global planea implementar soluciones basadas en IA en sus infraestructuras de ciberseguridad.
Y es que la IA se ha convertido en una herramienta clave para mejorar la detección de amenazas cibernéticas y prevenir violaciones de identidad, debido a que pueden analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real para identificar patrones inusuales en un intento de suplantación de identidad o acceso no autorizado.