Ahora, con el regreso de Trump a la Casa Blanca, las alertas vuelven a encenderse, especialmente en el sector minero mexicano.
Trump, ¿amenaza letal?
Trump ha planteado la posibilidad de imponer un arancel del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, como medida punitiva por la supuesta inacción de estos países frente a los problemas de migración y narcotráfico. Si esta amenaza se concreta, sería un golpe directo para la minería y nos obligaría a replantearnos nuestra estrategia frente a la competencia global. ¿Estamos realmente preparados para enfrentar un cambio tan radical en las reglas del comercio?
Si el magnate estadounidense decide cumplir sus promesas, las reglas del juego para nuestra industria cambiarían drásticamente. México es un proveedor clave de minerales estratégicos para Estados Unidos, como fluorita, estroncio y oro. Un arancel haría que nuestros minerales pierdan competitividad frente a los de otras regiones.
Por si fuera poco, los productos básicos para la minería, como el acero y el aluminio, también estarían bajo amenaza. Nuestro país es un importador clave de acero y una represalia comercial podría perjudicar a ambas naciones. Toda la región sufriría el impacto de precios más altos, afectando industrias como la automotriz, la construcción y la manufactura. En resumen, sería como un "disparo en el pie".
Frente al riesgo y la oportunidad
En lo que respecta al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), tiene programada una revisión en 2026, pero no sería extraño que Donald Trump intente una renegociación antes, usando los aranceles como ficha de cambio. Esto podría traer nuevas restricciones o incluso más obstáculos en el acceso de nuestros minerales al mercado estadounidense.
No obstante, no todo es una tormenta sin salida. En medio de los retos, también hay una oportunidad de oro para la minería mexicana: la diversificación de mercados. Dependemos en gran medida de Estados Unidos, pero Europa y Asia están abriendo puertas. Establecer relaciones comerciales más fuertes con estos continentes puede generar nuevas oportunidades para la minería mexicana.
Además, la inversión en tecnología y prácticas mineras sostenibles es otra forma de dar un golpe estratégico. La demanda de productos obtenidos de manera responsable está creciendo y México puede posicionarse como un líder en minería sostenible. Este enfoque no sólo respondería a las exigencias del mercado global, también podría atraer nuevos inversionistas, especialmente aquellos que buscan cumplir con estándares ambientales más estrictos.