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Finanzas 4.0: La convergencia de la IA y la computación cuántica

A pesar de su gran capacidad para procesar datos, la IA sigue limitada por la infraestructura computacional actual. Ahí es donde entra la computación cuántica.
mar 25 marzo 2025 06:00 AM
Finanzas 4.0: La convergencia de la IA
La computación cuántica permitirá desarrollar algoritmos de cifrado cuántico prácticamente imposibles de vulnerar, lo que reforzará la ciberseguridad del sistema financiero global, considera Matías Carrocera.

El sector financiero siempre ha sido pionero en la adopción de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia, reducir riesgos y optimizar la toma de decisiones. Desde los primeros modelos de cálculo automático hasta el surgimiento del trading algorítmico, la tecnología ha moldeado la manera en que se gestionan los mercados, los bancos y las inversiones. Sin embargo, nos encontramos en la antesala de un cambio sin precedentes: la convergencia entre inteligencia artificial (IA) y computación cuántica está sentando las bases de una nueva era financiera, una que algunos ya denominan Finanzas 4.0.

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Para entender el impacto de esta transformación, es necesario comprender primero los avances que cada tecnología aporta por separado. La IA ya ha revolucionado el sector financiero, permitiendo la automatización de procesos complejos como el análisis de riesgos, la personalización de productos y la detección de fraudes en tiempo real. Sin embargo, a pesar de su gran capacidad para procesar datos, la IA sigue limitada por la infraestructura computacional actual. Ahí es donde entra la computación cuántica.

A diferencia de las computadoras tradicionales, que procesan información en bits (ceros y unos), los ordenadores cuánticos utilizan qubits, que pueden representar múltiples estados simultáneamente gracias al fenómeno de la superposición cuántica. Esto significa que una computadora cuántica puede analizar infinitas combinaciones de datos en paralelo, lo que llevaría a una velocidad de procesamiento sin precedentes. Cuando esta capacidad se combina con la inteligencia artificial, el impacto en las finanzas globales puede ser disruptivo.

Uno de los beneficiarios principales de esta convergencia será el sector de las inversiones y el trading algorítmico. Hoy en día, los modelos de trading dependen de grandes volúmenes de datos históricos y análisis predictivo basado en IA. Con la computación cuántica, estos modelos podrán realizar cálculos mucho más avanzados, evaluando miles de escenarios de mercado en fracciones de segundo y generando estrategias de inversión con un nivel de precisión inalcanzable con las herramientas actuales. Esto podría reducir la volatilidad de los mercados y, al mismo tiempo, dar una ventaja significativa a las instituciones financieras que adopten estas tecnologías primero.

Otro campo donde la combinación de IA y computación cuántica tendrá un impacto profundo es la gestión de riesgos y la detección de fraudes. Actualmente, los bancos y aseguradoras utilizan inteligencia artificial para analizar patrones de comportamiento y detectar posibles fraudes en transacciones financieras. Sin embargo, los ciberdelincuentes también están usando IA para diseñar ataques más sofisticados, lo que genera una carrera constante entre seguridad y vulnerabilidad. La computación cuántica permitirá desarrollar algoritmos de cifrado cuántico prácticamente imposibles de vulnerar, lo que reforzará la ciberseguridad del sistema financiero global.

Si bien la computación cuántica promete avances revolucionarios en velocidad y capacidad de procesamiento, también plantea un desafío crítico para la privacidad y seguridad digital: la posible obsolescencia de los sistemas de cifrado actuales. En la actualidad, la seguridad de las transacciones financieras depende de algoritmos criptográficos como RSA y ECC, diseñados para resistir ataques de computadoras tradicionales. Sin embargo, con el desarrollo de la computación cuántica, estos métodos de protección podrían volverse ineficaces, ya que un sistema cuántico avanzado tendría la capacidad de descifrar en minutos lo que hoy tomaría miles de años con la tecnología clásica. Esto abriría la puerta a vulnerabilidades masivas en bancos, bolsas de valores y billeteras digitales, poniendo en riesgo información altamente sensible y transacciones de alto valor.

Para mitigar este riesgo, investigadores y organismos de seguridad ya están trabajando en la criptografía poscuántica, un nuevo estándar de protección diseñado para resistir el poder de cómputo cuántico. No obstante, la transición a estos protocolos no será inmediata ni sencilla. Adoptar nuevos sistemas de cifrado requerirá una reconfiguración masiva de la infraestructura financiera, con altos costos y desafíos técnicos. Además, existe un período de vulnerabilidad crítico en el que algunos actores malintencionados podrían aprovecharse de la brecha entre el avance de la computación cuántica y la implementación de medidas de seguridad adecuadas. Las instituciones financieras que no inicien su adaptación a tiempo corren el riesgo no solo de exponer su infraestructura, sino de perder la confianza de sus clientes y del mercado en general.

A este desafío se suma otro problema fundamental: la concentración del acceso a la tecnología cuántica. Actualmente, solo un reducido número de gobiernos, corporaciones y centros de investigación tienen la capacidad de desarrollar y operar computadoras cuánticas funcionales. Si estas tecnologías quedan en manos de unas pocas entidades, podrían crear un entorno donde los grandes jugadores del mercado tengan una ventaja desproporcionada sobre los más pequeños. Esto no solo aumentaría la desigualdad tecnológica entre instituciones financieras, sino que podría consolidar aún más el poder económico en un grupo exclusivo de actores, dificultando la competencia y la democratización del acceso a servicios financieros avanzados.

Otro desafío es la regulación y el impacto en el sistema financiero global. Con algoritmos de IA potenciados por computación cuántica, las decisiones de inversión podrían realizarse a una velocidad tan alta que los mercados podrían experimentar fluctuaciones aún más agresivas. En este contexto, los reguladores tendrán que establecer nuevas normativas para garantizar que estas tecnologías no generen crisis sistémicas inesperadas.

A pesar de estos desafíos, la convergencia entre IA y computación cuántica no es una posibilidad lejana, sino una realidad que ya está en marcha. Empresas como Google, IBM y startups especializadas en computación cuántica están invirtiendo miles de millones de dólares en el desarrollo de algoritmos cuánticos aplicados a las finanzas. En paralelo, los principales bancos del mundo están experimentando con modelos cuánticos para optimizar la gestión de carteras, calcular riesgos de inversión y mejorar la seguridad de los datos financieros.

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Para los actores del sector financiero, la pregunta ya no es si deben prepararse para esta revolución, sino cuándo y cómo integrarán estas tecnologías en sus estrategias. Las organizaciones que comprendan y adopten tempranamente la convergencia entre IA y computación cuántica no solo sobrevivirán a la transformación digital, sino que se posicionarán como líderes de la nueva era de las Finanzas 4.0.

El futuro de las finanzas no será decidido únicamente por los bancos, los mercados o los reguladores. Será escrito por aquellos que logren entender el potencial de esta convergencia y actúen antes de que el cambio se convierta en la norma. En un mundo donde la velocidad de procesamiento y la inteligencia predictiva definirán el éxito financiero, la capacidad de adaptación será el activo más valioso.

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Nota del editor: Matías Carrocera es experto en liderazgo, capital humano y visión empresarial, con una trayectoria destacada en el desarrollo de estrategias innovadoras. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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