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El Consejo de Administración y la prevención del financiamiento al terrorismo

La percepción pública y la confianza de inversionistas pueden verse seriamente comprometidas cuando una compañía es señalada por vínculos, reales o percibidos, con zonas o actores de alto riesgo.
mar 30 septiembre 2025 06:02 AM
Consejo de Administración realmente efectivo
Es importante destacar la relevancia de un modelo de conducta ética de negocios, pues esto permitirá a las compañías actuar con visión estratégica y, más allá de solo proteger sus operaciones, contribuir a fortalecer la confianza en el entorno empresarial del país, señalan César Pérez Orozco y Daniel Ortiz de Montellano. (iStock)

La designación de ciertos grupos delictivos en México como organizaciones terroristas extranjeras (OTE) por parte del gobierno de Estados Unidos, mediante la Orden Ejecutiva 14157 emitida en febrero de 2025, ha generado un nuevo entorno de riesgos para las empresas que operan en el país.

Esta medida no solo contempla sanciones directas contra grupos criminales, sino que también representa una ampliación del concepto “apoyo material”, el cual podría abarcar la facilitación o intervención en actividades relacionadas con bienes, servicios, asesoría, hospedaje o, incluso, relaciones comerciales indirectas.

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Implicaciones para las compañías

Para las entidades privadas, en particular aquellas que operan en sectores como financiero, logístico, agroindustrial y tecnológico, esta coyuntura exige una revisión de sus modelos de cumplimiento, gestión de riesgos y relaciones con terceros para, en medida de lo posible, identificar y mitigar aspectos como:

1. Riesgo legal y financiero

Si se detecta que las empresas han brindado apoyo material a organizaciones designadas como terroristas, incluso de forma involuntaria, se enfrentan a posibles sanciones como multas millonarias, bloqueo de activos y pérdida de acceso a mercados internacionales.

2. Exposición reputacional

La percepción pública y la confianza de inversionistas pueden verse seriamente comprometidas cuando una compañía es señalada por vínculos, reales o percibidos, con zonas o actores de alto riesgo. La narrativa de “colaboración indirecta” puede escalar rápidamente en medios y redes sociales, amplificando el impacto negativo en su reputación.

3. Vulnerabilidad operativa

Las organizaciones que operan en zonas de alta incidencia delictiva enfrentan riesgos de infiltración, extorsión o manipulación de la cadena de suministro, lo que exige monitoreo constante y la implementación de protocolos sólidos de prevención y respuesta ante incidentes.

Esfuerzos prioritarios

- Realizar una evaluación de riesgos relacionados con el lavado de dinero (LD), el financiamiento al terrorismo (FT) y la proliferación de armas de destrucción masiva (FPADM)

- Fortalecer los procesos de debida diligencia, aplicables a clientes, proveedores y terceros, incorporando revisiones de segundo y tercer nivel

- Actualizar políticas internas para incorporar cláusulas específicas sobre FT
- Automatizar procesos de monitoreo con herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial (IA)
- Capacitar al talento en riesgos emergentes y protocolos de prevención y respuesta
- Establecer mecanismos de denuncia y comunicación interna efectiva en toda la organización

¿Qué debe hacer el Consejo?

El papel del Consejo de Administración consiste en vigilar que la Alta Dirección desarrolle, implemente y pruebe, entre otras, las siguientes acciones:

- Analizar riesgos como LD, FT y FPADM con la documentación correspondiente, incluyendo matrices de clasificación de clientes y terceros que cuenten con la debida calibración de aspectos como ubicación geográfica, sector y tipo de transacción.

- Monitorear oportunamente operaciones con indicadores de riesgo ante cambios sospechosos en su actividad.

- Evaluar la cadena de suministro e identificar zonas de riesgo y posibles infiltraciones.

- Implementar rigurosos procesos de debida diligencia, incluyendo la revisión de listas negras y la validación legal de socios, principalmente en estructuras complejas.

- Verificar contratos e incorporar cláusulas de auditoría, cumplimiento y terminación por riesgo.

- Ejecutar protocolos de respuesta reputacional frente a señalamientos públicos o incidentes críticos.

- Contar con asesoría especializada para identificar brechas de cumplimiento y diseñar periódicamente programas tanto preventivos como correctivos.

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En resumen, la designación de los cárteles como OTE representa un cambio estructural, por lo que, en el contexto actual, la gestión proactiva de riesgos, la transparencia operativa y la capacidad de respuesta se convierten en pilares fundamentales, sumados al uso de procesos automatizados y la necesidad de atender señales de alerta y eliminar procesos excepcionales o preferentes, según aplique a clientes o proveedores.

Asimismo, es importante destacar la relevancia de un modelo de conducta ética de negocios, pues esto permitirá a las compañías actuar con visión estratégica y, más allá de solo proteger sus operaciones, contribuir a fortalecer la confianza en el entorno empresarial del país.

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Nota del editor: César Pérez Orozco es Socio de Forensic; Daniel Ortiz de Montellano es Director de Forensic de KPMG México. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a los autores.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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