¡La apariencia! ¡El sabor! ¡El olor! ¡La textura! – así describía el villano Goldmember de Austin Powers su amor por el oro. Aunque su fascinación era más bien cómica, para muchos mercados emergentes, el atractivo del oro es real.
El tiempo pasa, pero el oro sigue brillando
En el mundo volátil de hoy, países como Perú, Kazajistán, Turquía, Egipto y Polonia se destacan por sus fuertes vínculos con el oro, ya sea como productores o como bancos centrales con importantes reservas de lingotes. Para muchos de estos países, el oro es más que una simple mercancía brillante. Es un colchón ante shocks externos y un símbolo de prudencia financiera.
El mercado destaca al oro como un activo bien posicionado para beneficiarse del entorno global actual. Factores como menores tasas de interés en Estados Unidos, inflación persistente, mayor incertidumbre geopolítica, volatilidad en la política económica y el fortalecimiento de muchas monedas frente al dólar han incrementado el atractivo del oro como activo de reserva. Esta tendencia se observa no solo entre bancos centrales, sino también en el sector privado, donde la fuerte demanda de ETFs sigue respaldando los precios del oro.
No es casualidad que el precio del oro haya alcanzado máximos históricos recientemente. En este contexto, una asignación de un dígito medio en oro es una opción interesante para que los inversionistas defiendan sus portafolios ante diversos riesgos.
Alternativas para exponerse al oro. Hay más de un camino para llegar a Roma
A medida que el precio del oro sube, algunos inversionistas pueden pensar que ya perdieron la oportunidad. No estamos de acuerdo con esa visión: nuestro análisis indica que las perspectivas para el oro siguen siendo sólidas. Además, para quienes dudan en sumarse a la tendencia, destacamos que existen diferentes maneras de exponerse al metal.
Para quienes buscan invertir directamente en este commodity, tenemos la convicción de que la demanda por oro por parte de bancos centrales del mundo, inversores institucionales, e inversores minoristas sigue siendo sólida, lo que ayuda a mantener un piso en su valor.
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Para quienes buscan alternativas, una opción es vender opciones “put” sobre oro, lo que permite recibir un ingreso adicional a cambio de comprometerse a comprar oro si su precio cae por debajo de un nivel determinado; así, es posible obtener un rendimiento extra siempre que el precio se mantenga estable o suba. Una vía adicional consiste en invertir en empresas auríferas a través de ETFs, que ofrecen acceso a un portafolio diversificado de compañías del sector y permiten obtener exposición al oro de manera indirecta y eficiente.
Otra forma de exponerse al oro es mediante riesgo soberano o corporativo. Perú, por ejemplo, se beneficia directamente de los precios altos del oro, ya que esto incrementa sus ingresos por exportaciones y fortalece tanto sus cuentas fiscales como externas. Kazajistán también destaca, con más del 60% de sus reservas internacionales en oro, lo que le permite aumentar sus colchones externos y reducir el riesgo soberano y cuasi soberano cuando los precios suben. Por su parte, Polonia ha realizado esfuerzos en los últimos años para incrementar significativamente sus reservas de oro, añadiendo una capa adicional de seguridad a sus activos.
Desde opciones, a bonos soberanos de economías vinculadas al oro, hasta empresas auríferas, las alternativas abundan. El mensaje de los números es claro: en tiempos de incertidumbre, los inversionistas suelen redescubrir lo que perdura.
Por supuesto, siempre existen riesgos a considerar—como una posible suba de tasas por parte de la Reserva Federal, cambios en la demanda de los bancos centrales o una expansión inesperada en la oferta de oro.
En resumen, el entorno actual presenta oportunidades interesantes para quienes buscan en el metal dorado beneficios. Se trata de un activo viejo…pero aún muy cumplidor.
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Nota del editor: Alberto Rojas es Senior Emerging Markets Strategist, UBS Global Wealth Management; Alejo Czerwonko es CIO Emerging Markets Americas, UBS Global Wealth Management. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a los autores.