Una nueva tragedia de migrantes latinoamericanos puso otra vez a México en la mira de la región. La muerte de 39 personas que no pudieron escapar de un incendio provocado en la estancia migratoria en Ciudad Juárez por estar encerrados, colocó el dedo en una herida que el país tiene abierta desde hace varios años.
Las reacciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y otros funcionarios del gabinete han causado críticas por el ‘deslinde’ de la tragedia en un primer momento, situación que ha alimentado las voces que acusan que lo ocurrido es un “crimen de Estado”.