Rusia 2018: entre goles, clics y hackers
En uno de los territorios más grandes del planeta, la conectividad es compleja. Convertir en sedes mundialistas doce ciudades de un país, en el que cabría la extensión territorial de Chihuahua 69.1 veces, representa una tarea turística y tecnológica de amplias dimensiones.
En octubre de 2017, un decreto firmado por el primer ministro ruso Dmitri Medvédev consignó que el costo total del Mundial sería de 11,800 millones de dólares (hasta el momento de esta publicación), para construir una docena de estadios en once sedes y proveer de la infraestructura turística necesaria, además de los esfuerzos para traer el mundial ruso a las pantallas de los smartphones de manera natural. En esta planeación interviene tanto el gobierno federal, como los regionales, el comité organizador de la FIFA, la iniciativa privada y las compañías del Estado.
Si bien cada ciudad sede es una historia en sí misma, Moscú es un ejemplo del costo de un hub fan friendly. “Como ciudad, lo que hacemos para los turistas, sobre todo, y eso es independientemente de si es el Mundial o no, buscamos que sea muy barato y muy sencillo que el turista se mantenga conectado”, advierte Eldar Tuzmukhametov, jefe del Smart City Lab de Moscú en entrevista con Expansión.
En una videollamada –con conexión estable–, Tuzmukhametov cuenta que la capital del país es una de las pocas que, desde hace tiempo, se enrolaron en programas para convertirse en ciudades inteligentes. Moscú comenzó su transformación en 2011 y cuenta con un presupuesto de 1,000 millones de dólares anuales para cubrir tres áreas: infraestructura, ciberseguridad y acciones cívicas, como la implementación del voto electrónico en consultas públicas.
A pesar del avance de años, el ejecutivo detalla que para el Mundial se añadieron 30,000 puntos de conexión para ampliar los puntos de ingreso a WiFi, así como las redes en la ciudad, además de esfuerzos de traducción para tener una capital amigable con el turista.
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La ampliación de hotspots de WiFi tuvo un costo aproximado de 14.3 millones de dólares y es parte de una colaboración pública y privada, según datos publicados por el gobierno ruso.
Otra de las tareas que menciona el ejecutivo es que, a la par de la infraestructura, también empujaron la utilización de aplicaciones de movilidad, pagos y navegación, aunque en Rusia, este tipo de servicios se encuentra, en su mayoría, centralizado en la plataforma Yandex, el 'Google' de este país.
“Empujamos la idea de que haya cada vez más acceso a aplicaciones que le hagan la vida más fácil al usuario como Uber. (...) El Google ruso es un servicio muy transparente por si la gente necesita información de horarios de los trenes o algo de este tipo”, acota.
De acuerdo con Tuzmukhametov, ser sede de una Copa del Mundo es un reto, y aunque han trabajado localmente para llevar a buen término su organización, advierte que tanto la FIFA, como el gobierno federal son responsables de aspectos más generales y visibles de la experiencia, como la conectividad en los estadios. “El WiFi en los estadios es responsabilidad de la FIFA”, señala.
Estadios sin efectivo y balones con chips
La conectividad empieza en el balón. El llamado Telstar 18, cuenta con un chip integrado con tecnología NFC (Near Field Communications), el cual puede conectarse con usuarios que tengan una de estas muestras cerca, para experimentar entretenimiento especial desde su smartphone.
De una manera más amplia, en los estadios, la FIFA anunció que el objetivo es lograr ofrecer conectividad inalámbrica en todas las sedes y pagos móviles.
Se espera que 1.5 millones de personas visiten Rusia durante el evento y que a través de dispositivos móviles las marcas busquen enganchar y monetizar a la audiencia, con contenido de los partidos o a través de redes sociales como Facebook, YouTube o Twitter, que también han designado de forma individual estrategias para comercializar el evento.
La consultora PWC asegura que las experiencias personalizadas deben ser prioridad durante este Mundial para que las marcas logren sacar provecho a las redes sociales y la conectividad.
A nivel de cancha se utiliza tecnología para asistencia en el arbitraje llamada VAR (Video Assistant Reffere), la cual usa el video de 33 cámaras en el campo en diferentes niveles de velocidad para ayudar a los asistentes y al árbitro a definir algunas jugadas dudosas. Para la fase de eliminatorias, se añadirán dos cámaras más al campo, de acuerdo con información de la FIFA.
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Si bien Moscú es una de las ciudades más destacadas cuando se habla de justa mundialista, es solo una de otros once territorios en la lista.
Algunos de los estadios más destacados, y que resaltan por su nivel de conectividad son: Estadio Luzhniki en Moscú o la Arena Mordovia en Saransk.
Los mejores hackers
Si bien se estima que Rusia 2018 sea uno de los eventos globales más conectados y con mayor nivel de interacción en redes sociales, el riesgo por un ciberataque es también latente.
La consultora de ciberseguridad iB/Group publicó que desde 2017 se elevaron el número de dominios considerados maliciosos ligados al Mundial en 37%.
“En total se han registrado 37,000 dominios potencialmente maliciosos y esta tendencia se ve al alza”, cita el reporte de la firma.
Desde su trinchera en Moscú, Tuzmukhametov, asegura que la infraestructura nacional ha pasado por las suficientes pruebas de estrés para probar que puede soportar el nivel de conectividad del evento de una forma segura, en cuanto a conexión y datos.
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“Creo que nuestra infraestructura es muy buena y ha pasado las pruebas de estrés. Hacemos muchas pruebas ante esto con diferentes técnicas y en ocasiones contratamos hackers para ello, para tratar de blindar nuestros sistemas y nos sentimos muy seguros en este sentido”, dice con seguridad, aunque antes de finalizar acota que hay que tener presente que puede haber posibilidades para un escenario distinto.
“Pero no hay nada al 100%, nada es 100% seguro”, acepta.
Nota del editor: El texto original fue publicado en la revista Expansión No. 1235, publicada en junio.