CIUDAD DE MÉXICO (Expansión).- Si eres alérgico a las nueces, o intolerante a la lactosa, seguramente has tenido que pedir más de una vez que se compruebe el origen de lo que estás a punto de comer, no tanto por un tema de gusto, sino porque se trata de tu salud. Sin embargo el fraude alimentario no sólo pone en riesgo la salud de las personas, sino que podría generar que industrias enteras queden vulnerables.
Ante este panorama, el uso de la tecnología podría brindar una respuesta: las criptoanclas, micro computadoras que son capaces de conectarse a una red de blockchain y que pueden garantizar que la producción de ciertos productos orgánicos, o de denominación de origen, verdaderamente lleguen del “campo a la mesa” sin intervenciones. Sin embargo la aplicación de esta tecnología no es propia de la industria alimentaria, aunque sí es una de las que mayor empuje tiene.