Entre enero y septiembre de 2020, Airbnb facturó 2,520 millones de dólares, un 32 % menos que los 3,700 millones ingresados en el mismo período de 2019, una caída sustancial a la que ha contribuido decisivamente el parón de la actividad turística y de la movilidad a consecuencia de la pandemia de COVID-19.
Pese a la caída generalizada de ingresos y a las pérdidas anuales, la compañía obtuvo en el último trimestre (de julio a septiembre de 2020) unos beneficios netos de 219 millones de dólares, algo que podría explicarse tanto por un cierto repunte de la actividad como por la drástica reducción de los costes de personal tras los despidos masivos de la primavera.
Airbnb planea debutar en el Nasdaq en diciembre bajo el nombre "ABNB", en una operación pública inicial que, según la última valoración en el mes de abril, rondaría los 18,000 millones de dólares, una cifra que supone casi la mitad con respecto a una estimación previa que calculaba su valor en 31,000 millones.
La salida a bolsa de Airbnb se rumoreaba desde hacía tiempo y el pasado abril su presidente ejecutivo, Brian Chesky, dijo en una entrevista que la empresa estaba preparando el proceso cuando llegó la pandemia, con un gran impacto en el turismo internacional, y obligó a posponer los planes.