En agosto del año pasado, Citigroup transfirió 893 millones de dólares por error a acreedores del fabricante de cosméticos Revlon. Después de meses en disputa, el juez Jesse Furman, de Manhattan, declaró que las operaciones eran “finales y completas, no sujetas a revocación”. Sin embargo, la causa de uno de los mayores errores de la historia bancaria combinó desatenciones humanas y un software poco claro.
De acuerdo con Bloomberg, el equipo de Asset-Based Transitional Finance, un subgrupo de operaciones de préstamos de Citibank, fue el encargado de ejecutar la transacción a través de Flexcube, un software de procesamiento de préstamos que el banco utiliza para iniciar y ejecutar pagos por cable.
En dicha plataforma, la manera para llevar a cabo las operaciones es introducirlas como si se pagara el préstamo en su totalidad, lo cual desencadenaría los “pagos de intereses acumulados a todos los prestamistas, pero dirigiendo la parte principal a una cuenta interna de Citibank”, describió el columnista Matt Levine.