De ahí que se observa en los últimos meses que las empresas mexicanas, principalmente las PyMEs, ya no consideran un lujo la automatización, sino un paso inevitable si quieren aprovechar nuevas oportunidades, crecer y competir con otras empresas, de todas las tallas, que ya están entrando también en este camino.
Como parte de esta tendencia, los métodos de pago también influyen en la digitalización empresarial. Por una parte, permiten la entrada al comercio electrónico, mientras que agilizan las operaciones (y el control de recursos) en los puntos de venta físicos.
“Así las empresas pequeñas son capaces de competir con otras compañías de cualquier tamaño, incluso en otras partes del mundo”, afirmó el entrevistado.
Entre las nuevas tendencias de consumo, tanto en América Latina como en México, está el ecosistema digital (a través de plataformas digitales, marketplaces y redes), pero también están las compras locales. Hay un interés de empresas y consumidores de comprar local: 65% que prefieren adquirir productos nacionales, regionales y locales, en lugar de importarlos.
“Aquí es cuestión de encontrar aliados para las empresas pequeñas y medianas, que puedan aprovechar estas oportunidades”, tendencia que impulsa American Express a través de su programa Shop Small. “Queremos que a las PyMEs y a los negocios de cualquier tamaño les vaya bien, que crezcan, que generen empleo y que impulsen a la economía” apuntó el directivo.
La automatización es el futuro. La flexibilidad es una ventaja competitiva sostenible para las empresas y la transformación digital ya no es un lujo, sino una oportunidad, cada vez más accesible para las empresas.