La política de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha visto reflejada en la función de ciencia, tecnología e innovación, que cada año reporta un menor reparto de recursos presupuestarios.
Este rubro recibió en 2019, el primer año de este sexenio, 53,424 millones de pesos, un año después fueron 51,054 millones, y para este ejercicio 49,963 millones. En los tres casos los montos son inferiores a los 60,219 millones de 2018.
Estas cantidades apenas representan 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB), proporción que está lejos de cumplir con el precepto que señala el artículo 119 de la Ley General de Educación, de destinar 1% del PIB para el gasto de educación superior y la investigación científica y humanística, así como al desarrollo tecnológico y la innovación, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
Además, la promesa de tener un ambiente más digital para tener a 100% del país conectado aún está pendiente.