“En especial el mercado de mascarillas ha crecido mucho y por ello es que estamos apostando en este tipo de productos, pero también la venta de nuestros productos creció durante el confinamiento, por lo que tuvimos que fortalecer nuestro e-commerce”, precisó a Expansión, Frank Mutscher director de Foreo para América Latina.
Un informe de eMarketer indica que el 89% de los encuestados considera usar una aplicación para pedir sus productos, mientras que el 81% incluso ha pensado incluir citas médicas con especialistas en dermatología.
La marca señala que en el mundo ha logrado colocar 20 millones de su producto Luna y mantienen una inversión que va de un 5% al 12% en empresas de belleza con el fin de crecer sus productos.
“Se estima que el mercado global de productos antiedad sea de 66,000 millones de dólares para 2023 y parte de nuestros esfuerzos en estos últimos años son diversificar los productos con los que nos conocen, no sólo tener hardware, también cremas y productos como mascarillas”, apuntó Mutscher.
Algunos equipos como el cepillo de limpieza facial Luna tuvieron un crecimiento del 20% en la cuarentena, mientras que productos como el aplicador inteligente de mascarillas UFO pasó de generar ventas del 5% en 2019, a tener una venta de entre el 10 y el 12% en 2021.
Los productos antienvejecimiento también representan un área de fuerte crecimiento, en 2014, la marca líder de cuidado de la piel en los Estados Unidos fue Olay Regenerist, una marca facial antienvejecimiento propiedad de Procter & Gamble, con ventas que ascendieron a aproximadamente 103 millones de dólares. El mercado de cuidado de la piel antienvejecimiento de Estados Unidos generó alrededor de 2,110 millones en 2015 y se espera que la cifra incremente ayudado de gadgets o equipos enfocados al cuidado de la piel, de acuerdo con la consultora Statista.
La venta de productos online de este tipo ha crecido de cara a que muchos spas, salones de belleza y gimnasios se mantienen cerrados.
De acuerdo con un estudio hecho por MercadoLibre, el encierro ha provocado que los mexicanos busquen alternativas para cortarse el cabello y para mantener una rutina de cuidado personal, teniendo crecimientos en la venta de rasuradoras de cabeza, de barba y nariz de hasta 25%.