“El idioma no tiene nada que ver con la guerra”, menciona Cindy Blanco, científica de aprendizaje en Duolingo; sin embargo, esa no parece ser la percepción a nivel mundial, ya que los usuarios de la edtech abandonaron sus clases de ruso desde que inició la invasión a Ucrania y las cambiaron por las de ucraniano.
La situación en el este de Europa generó que tanto la población de Ucrania, su cultura y su lengua ocupen un puesto central en la conversación geopolítica. Esa situación ya se trasladó a Duolingo, la plataforma para aprender idiomas, que registró un crecimiento del 485% el interés por el ucraniano desde finales de febrero, cuando inició la invasión rusa.
“Estudiar un idioma nuevo es una forma de conectar con una cultura que genera interés. Las personas quieren tener una conexión con la gente que está sufriendo algún hecho y estudiar su idioma es una forma de sentir respeto hacia ellos. Aunque sean hechos lejanos, lo hacen para tener una conexión personal”, explica Blanco.