Todavía recuerdo el día que probé por primera vez una MacBook Pro con su chip propietario. La experiencia fue tan sencilla que, desde ahí, decidí comprarla y cambiar mi vieja MacBook Air que ya tenía 6 años conmigo. Hoy, que tengo la oportunidad de probar la nueva versión con el chip M2, me cuestiono si tengo la misma emoción.
Esta Mac tiene prácticamente el mismo diseño que su antecesora: el Touch Bar, dos puertos ThunderBolt y un jack para audio. Ahora, dónde está realmente el cambio es en su interior, gracias a la nueva generación de chip de Apple Silicon, el M2, el cual permite que esta tenga un CPU y un GPU más veloces que la generación anterior. Pero, ¿qué significa esto? Por ejemplo, exportar un video de 11 minutos en 4K tomó solo 3 minutos y 45 segundos, mientras que en la que tiene chip M1 esto tomó 5 minutos y 33 segundos.
Este poder se apalanca también de un nuevo sistema de enfriamiento, el cual sí es bastante eficiente. Durante las pruebas, en ningún momento escuché los ventiladores ni sentí sobrecalentamiento de la computadora, aún teniendo varias cosas andando a la vez.
Todo esto resulta no solo en una computadora más ágil y con mayor poder de procesamiento, sino también con mayor tiempo de vida para la batería. De acuerdo con estimaciones de Apple, la batería tiene una duración de 20 horas.
Al momento de hacer esta reseña, probamos la MacBook Pro de diferentes maneras para comprobarlo y aunque traté de llevarla a su máximo, todavía después de pasar más de 10 horas trabajando en ella, la batería estaba en 45%.
En conclusión, es una computadora que rinde durante todo el día laboral y todavía permite al usuario tener un momento de entretenimiento después, sin tener que volver a cargarla.