Después de una larga espera y altas expectativas, se lanza Overwatch 2

El juego y sus novedades

Overwatch 2 supo combinar de forma efectiva lo que atrajo a esos primeros jugadores en 2016 y que lo convirtió en un fenómeno mediático y comercial. El estilo con roles dentro de la partida 5vs5 se acopla a un presente en el que las “arenas” son comunes. Juegos como Valorant, Apex Legends o Rouge Company aprovechan el formato. Sin embargo, en Overwatch lo vemos combinado con futurismo y fantasía, lo que otorga una versatilidad de personajes y habilidades.

El factor de roles permite que, tanto los jugadores experimentados como los nuevos, disfruten en conjunto. Por ejemplo, si tus habilidades no están en la precisión de disparo, el soporte o la defensa, es donde se compensa. Es como en el fútbol: no puedes tener 11 delanteros. Necesitas de un balance de medios y defensas, y es ahí donde Overwatch 2 se destaca.

El juego se apega a su formato original sin sentirse repetitivo. La adición de personajes y mapas nuevos, así como los modos de juego, le dan la vuelta para que los fieles sientan el salto a la nueva generación de consolas, como buscar atrapar a los que recién descubren el juego.

El modelo de negocio

Como ya es costumbre en los shooters, el juego está disponible de forma gratuita multiplataforma e, incluso, tiene habilitado el cross play entre PlayStation, Xbox y PC. Se cambió el sistema de botines que logró posicionar al juego como el sexto dentro de la compañía en superar la recaudación de 1,000 millones de ventas dentro del juego y moverse a la venta del socorrido pase de batalla y personalizaciones premium.

Este juego también será parte crucial en la controversia Microsoft contra PlayStation por acaparar o privilegiar la entrega en la plataforma Game Pass, como ha sucedido con Call of Duty y su posible exclusividad futura para las consolas y el ecosistema Xbox.

Las fallas

En la primera semana de lanzamiento los usuarios reportaron diversas dificultades para jugar. Empezando por las largas esperas, ya que para poder arrancar el juego tenías que acceder a una lista que rondaba los dos o tres mil jugadores y que podía alargarse hasta las 2 horas solo para acceder.

Esto fue detonado por la gran expectativa, pero también, la misma compañía reportó que estaba sufriendo ataques en los servidores, llenando las filas y generando problemas ya una vez ingresado. La casa de naipes empezó a caer cuando se reportaron que quienes lograban superar la fila de acceso y con pocos minutos de jugar, los servidores los expulsaban y tenían que esperar un turno nuevamente en la interminable fila.

En su primera semana de lanzamiento aún persisten los problemas y a pesar de que la compañía también anunció mantenimiento en los servidores, las largas esperas no se han reducido y, aunque sí han disminuido los reportes de ataques, el juego sigue sin estabilizarse en su totalidad.

Es importante señalar lo crucial que un lanzamiento se convierte para un juego. Las semanas iniciales son definitorias para atrapar o perder para siempre a sus fans. Basta recordar el fenómeno Cyberpunk 2077, que por apresurar el lanzamiento después de múltiples retrasos de un juego con problemas sistemáticos, resultó en una catástrofe mediática y comercial.

Los bugs y el no correr como debía en versiones consolas anteriores no solo alejó a los jugadores que, en su mayoría, habían hecho pre compras del juego. El impacto fue tan grande que incluso generó una caída del 75% en las acciones de CD Projekt Red, la compañía encargada del juego. Y es hasta un año después con las actualizaciones, regalos de DLCs e incluso la salida de una serie en Netflix que parece que el nivel de jugadores se recupera, logrando incluso anunciar una secuela.

Overwatch debe cuidar estos momentos iniciales, resolver los problemas y ser congruente con la expectativa depositada en el juego, de lo contrario el efecto puede ser devastador. Efectos que una compañía en proceso de compra no puede darse el lujo de correr.