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Me robaron mi iPhone 15, pero descubrí todo lo que le pasó

Fui parte de los 4,000 robos a teléfonos diarios que ocurren en México, pero pude rastrear el dispositivo a través de las aplicaciones de Apple. Te cuento qué le pasó y dónde terminó.
mar 21 noviembre 2023 09:31 AM
Me robaron mi iPhone 15, pero descubrí todo lo que le pasó

Me bolsearon y, entre mis pérdidas, estaba mi teléfono. Esta fue la segunda vez que me ocurre. La primera fue hace unos cinco o seis años, era un iPhone 8. Pero esta vez me dolió más, fue un iPhone 15 Plus que apenas tenía tres semanas conmigo. Ni modo, parte de vivir en México, donde se roban más de 4,000 celulares al día según el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel).

Sé perfectamente bien dónde me lo quitaron. Fue saliendo del Autódromo Hermanos Rodríguez, en la Ciudad de México, después de ver al Checo Pérez fallar en la primera curva que terminó con la emoción de la F1 a los 17 segundos de haber empezado. Entre el mar de personas me lo sacaron a la salida y, junto con él, mi tarjeta de crédito.

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Mi principal pensamiento en ese momento fue correr a casa a bloquear la tarjeta. ¿Cómo la iba a bloquear si necesitaba mi teléfono para acceder a la app? Afortunadamente pude ingresar a la banca en línea desde otro dispositivo y marcarla como robada, y aproveché para entrar a la aplicación de “encontrar” y también marcar el iPhone 15 como robado.

Esta lección la aprendí después de que me robaron mi primer iPhone. Apple tiene esta función que sirve para localizar cualquier dispositivo de la marca que esté ligado a tu cuenta de iCloud. Es sencillo, pues solamente tienes que entrar a la app “encontrar” desde otro dispositivo Apple o a www.icloud.com e ingresar con tu Apple ID (esa dirección de correo electrónico y contraseña que usas para descargar apps). Sin embargo, considera que solamente rastreará los dispositivos que estén ligados a tu cuenta.

Pero aprendí que esto es especialmente útil cuando te roban tu teléfono, porque también te permite marcarlo como “modo perdido”. Esto significa que puedes bloquear de forma remota tu teléfono con un código para proteger el dispositivo y su información, y también para ayudar a que te lo devuelvan, pues puedes escribir un mensaje personalizado y la información para gestionar la devolución.

“Vamos a ofrecerle una recompensa”, me dijo mi acompañante. En una de esas el ladrón se animaba y lo regresaba. Pusimos un número de teléfono para que nos contactara y dejamos un mensaje: “regrésame mi teléfono por favor. Negociemos”. No hubo respuesta. Pero rastreando el teléfono nos percatamos de una cosa: Estaba en una cantina en Coyoacán. ¿Será que se fue a beber para olvidar su crimen?

Día uno posterior al robo

Lo más tedioso de cuando te roban tu teléfono es tener que avisar a todo el mundo que te lo robaron y darles la explicación uno por uno. Y con todo el mundo me refiero a tus papás, tus amigos, tus jefes, la tintorería, a la empresa de telecomunicaciones, al IMEI, al banco. El día posterior al robo del teléfono es un día perdido.

Pero esto es importante porque, si te lo robaron ladrones muy hábiles, pueden cometer más crímenes con tu número de teléfono. Tan sencillo como poner el chip en otro dispositivo y suplantar tu identidad hasta acceder a tu información financiera. Tendrían que ser muy buenos, pero uno nunca sabe.

Aunque puedes hacer la denuncia por internet, preferí ir directamente a las sucursales para que me dieran un chip nuevo que pudiera utilizar inmediatamente. Yo tengo dos líneas, una de Telcel y otra de Movistar, pero afortunadamente encontré una plaza donde estaban ambas empresas.

Me tomó cerca de media hora en cada una para que terminaran de bloquear esos chips y darme unos nuevos. Tristemente volví a mi iPhone X que hace tres semanas había guardado en el cajón. Espero este modelo ya no esté de moda para la delincuencia.

Día tres posterior al robo

Revisar a cada hora la app de “encontrar” se volvió mi rutina. En ella veía cómo el dispositivo se iba moviendo por toda la ciudad, de Coyoacán a Ecapetec a la Gustavo A. Madero. Fue desde ahí donde, después de tres días, recibí una inusual llamada. Una mujer con un tono dulce y profesional:

¡Buenas tardes! le hablamos de (una supuesta) sucursal de iShop. El motivo de mi llamada es porque una persona que nos está brindando el nombre de Ilse Flores Rodriguez, nos está indicando que este producto tiene fallas en el centro de carga. Pero al hacerle diferentes preguntas por seguridad a esta persona y no saber responder, este producto ya entró directamente a dudosa procedencia. Me comunico al número registrado en el dispositivo y mi pregunta es, ¿mandaron a realizar una revisión respecto a este equipo?

Como al Checo, me agarraron en curva. En ese momento estaba bajando del coche y lo primero que se me ocurrió fue decir: “sí”.

  • ¿Si conoce a la señorita Ilse Flores?
  • No la conozco
  • Ok, disculpe. No la entendí. ¿Entonces no mandó a realizar ninguna reparación?

Mientras ocurría la llamada entré a la aplicación de nuevo y vi que el teléfono no se encontraba en ninguna sucursal de iShop, sino en Calle Oriente 5 21, Cuchilla del Tesoro. Un vistazo en Google Maps me ayudó a ver que en realidad se trataba de una casa de dos pisos de tabiques de concreto, que en la parte de abajo vende “Agua Inmaculada”.

  • “No conozco a ninguna Ilse”, le dije.
  • Ok, voy a realizar un reporte de recuperación. ¿Está usted de acuerdo?
  • ¡Ok!
  • ¿Cuenta con su caja, ticket de compra o factura?
  • No
  • ¿No cuenta con ninguno de los tres mencionados?
  • No

Cambió su tono de voz. Esta vez ya no era profesional y le salió lo burlona:

  • ¡Ok! gracias a su no, no, no, entregamos el producto. ¡Bye!
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Día doce posterior al robo

No volví a saber nada del teléfono hasta casi una semana después. Estaba llegando a un restaurante cuando me marcó un número desconocido. En esta ocasión, era un hombre. Y, curiosamente, volvió a decir exactamente el mismo discurso que la chica anterior: “¡Buenas tardes! le hablamos de (no sé qué) sucursal de iShop. El motivo de mi llamada es porque….”

Esta vez no dejé que terminara y le dije “Ya ni pierdas tu tiempo. Sé que eres una rata y no te voy a desbloquear mi teléfono. Ahorremos el tiempo y mejor dime, ¿cuánto quieres por mi teléfono?”

Su tono de voz cambió inmediatamente. Fue muy grave.

  • “¿Cuánto me ofreces? Hazme una oferta”, y colgó.

Inmediatamente me escribió un mensaje: “Ponle precio”.

  • ¿Cómo sé que sí lo vas a devolver? No puedo confiar en tí.
  • Solo soy un técnico de celulares, este teléfono me lo trajeron para que lo desbloqueara.
  • OK, ¿cómo me vas a garantizar que lo vas a devolver si te pago?
  • El teléfono lo voy a comprar yo a la persona que lo trajo. Se lo voy a comprar para piezas. Te lo vendo así como lo trajeron. Mi ganancia sería que yo lo voy a comprar más barato. Dime, si no para que lo regrese.

De nuevo, entré a ver la ubicación del teléfono: San Juan Letrán, Avenida Lázaro Cárdenas, 37. Es la Plaza Centro Digital. Un establecimiento de cinco pisos en el centro de la Ciudad de México que no solo vende y repara celulares; también encuentras desde iluminación y productos K-Pop y hasta un centro de Telcel y una tienda de juguetes sexuales.

  • “Te doy 2,000 pesos por él”, le dije.
  • 3,000 y se hace. Te sirve más a ti. A mí no me sirve.
  • ¿Y cómo le harías?
  • Te lo mando por Uber. Primero depositame $600 y ya cuando tengas el celular me das el resto. Únicamente me lo trajeron para desbloquearlo.
  • ¿Y si te deposito y no me lo mandas?
  • Yo no robo $600. Me pasas tu dirección y me depositas en cuanto llegue. ¿Si o no? Ya me están pidiendo la respuesta del teléfono.
  • El teléfono está en la Plaza Centro Digital. Voy, te doy el efectivo y me lo das en ese momento. Si no, no. Si dices que eres solo un técnico, hagámosle así.
  • Bye Bye pues. Le haces mucho al cuento por 3,000 pesos que me vas a dar por el iPhone 15. Agarra la onda.
  • Pues es que a ti no te sirve. Yo no me voy a morir sin él y tampoco voy a pagar su costo. No lo vas a poder vender nunca.
  • Así es, pero lo podemos vender por piezas.

Existe una entrada en WikiHow sobre cómo desarmar un iPhone, pero se queda solamente hasta la versión 6 o 7. Actualmente deshacer estos dispositivos ya es un proceso delicado y complicado, pues es sencillo que se rompan y esto solamente lo hacen técnicos autorizados.

Pero eso no quita que haya gente que pueda hacerlo ilegalmente. En Mercado Libre, una batería para un iPhone 14 está en 1,199 pesos aproximadamente. Una pantalla LCD ronda los 1,600 pesos. Los altavoces entre 500 y 700 pesos.

Aún no hay publicaciones para piezas del iPhone 15, pero de ahí la relevancia de comprarlas solamente con distribuidores autorizados o directamente en las tiendas de Apple, pues te aseguras de que sean piezas completamente lícitas. Aquí puedes encontrar la lista de las tiendas oficiales.

  • No le vas a sacar nada.
  • Ok, lo que usted diga. ¡Buenas noches!

Ha pasado más de una semana desde aquella llamada y ya no volví a saber nada de ese iPhone 15.

A la fecha sigue bloqueado y en la misma dirección, pero no me quita el sueño. En 2016 se volvió viral un caso en el que la FBI estaba frustrada porque no pudo desbloquear el teléfono usado por uno de los dos terroristas del tiroteo de San Bernardino. Fue solamente meses después, pagando mucho dinero y con la ayuda de una prestigiosa firma de inteligencia digital israelí, que lograron desbloquearlo.

Creo que este no será el caso de los ladrones que me robaron, o al menos, así lo confesó el ladrón. Solo me queda la certeza de que mi iPhone 15, a sus tres semanas de haber visto la luz, tristemente terminó como un rompecabezas perdido en la Plaza de Centro Digital.

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