El concepto del juego es bastante sencillo. Se trata de manipular y unir bloques que caen en diferentes patrones para crear filas sólidas y así dar espacio para que más bloques caigan. A medida que el usuario avanza, los bloques caen con mayor rapidez y es donde se pone a prueba la agilidad mental de los jugadores.
Tetris tiene más de 200 versiones oficiales y aunque Electronic Arts lanzó una para teléfonos móviles en 2006 que se vendió más de 100 millones de veces, el sistema en el que se popularizó y donde los jugadores profesionales siguen jugando es el Nintendo Entertainment System (NES).
De hecho, los controles de la NES han sido una de las principales claves por las que los jugadores han logrado incrementar sus capacidades en el juego. Recientemente, los usuarios encontraron una nueva forma de presionar los botones para ejecutar las acciones de forma más óptima y obtener mejores resultados.
A lo largo de la historia de juego se han descubierto nuevos niveles. En un inicio se creía que el límite era el número 29, debido a que en ese punto se alcanzaba la mayor velocidad hasta ese entonces, Gibson fue la primera persona en llegar al momento en que la pantalla del juego se pasma y no permite avanzar.
Tetris, un juego con cuatro décadas de historia
“Cuando juegas Tetris tienen la impresión de que estás construyendo algo. Tienes el caos que viene como piezas aleatorias, tu labor es ponerlas en orden, pero apenas construyes la línea perfecta, desaparece. Sólo quedan tus errores, esos agujeros horribles y eso te lleva a querer corregirlos”, comentó Pajitnov a la BBC.
Aunque en superficie parezca un juego más, Tetris fue parte de la historia de la Unión Soviética, pues se extendió por todos los países del bloque de forma libre, ya que la noción de derechos de propiedad intelectual no existía al tiempo que la Guerra Fría seguía en pie.
Si bien en ese entonces las ideas individuales eran propiedad del Estado, en la cortina de hierro que era la URSS había una grieta llamada Hungría, que exportaba tecnología informática a Occidente. Fue así como el empresario húngaro, Robert Stein, llegó a un acuerdo informal con Pajitnov.
Posteriormente, Stein ofreció el juego a Mirrorsoft, una división de software del gigante del entretenimiento británico, Maxwell Corporation, la cual mientras firmaba para producir el juego en Reino Unido también se preparaba para llevarlo a Estados Unidos por medio de Spectrum HoloByte.
Poco tiempo antes de que el juego se lanzara, la empresa recibió una advertencia proveniente de Moscú. El juego no les pertenecía y no tenían permiso del gobierno ruso para publicarlo masivamente.
A pesar de ello, Stein logró convencer al gobierno de firmar un contrato y autorizar la venta de Tetris alrededor del mundo, lo cual abrió una nueva posiblidad para un país que hasta entonces había permanecido cerrado al comercio exterior.